CRÍTICA DE TEATRO
«Las brujas de Salem», el peligro sigue latente
Andrés Lima presenta en el teatro Valle Inclán la obra de Arthur Miller, con Lluís Homar, Borja Espinosa y Nausicaa Bonnin
« Las brujas de Salem » es probablemente el texto más didáctico de Arthur Miller , una parábola tan coyuntural como universal que el dramaturgo norteamericano estrenó en 1953 como materialización escénica de su oposición a la política del siniestro senador McCarthy. Miller establece un claro paralelismo entre los hechos ocurridos en 1692 en el pueblo de Massachusetts del título y la persecución de izquierdistas organizada en EE.UU. con la Guerra Fría como telón de fondo. Como la condición humana es terca, el fanatismo, la histeria colectiva y la intolerancia enseñan las fauces por doquier y sigue habiendo gente dispuesta a cazar brujas en cualquier rincón del mundo, así que la obra de Miller mantiene vigentes su contenido de denuncia, su lección moral y su potencia dramática, pese a sus reiteraciones.
«Las brujas de Salem» (***)
Autor: Arthur Miller. Adaptación: Eduardo Mendoza. Versión: José Luis López. Dirección: Andrés Lima. Escenografía y vestuario: Beatriz San Juan. Iluminación: Valentín Álvarez. #Intérpretes: Lluís Homar
Nausicaa Bonnín
Bastaría una nota en el programa de mano para contextualizar esos detalles y subrayar que la caza de brujas es siempre un peligro latente. Pero en este montaje se refuerza el didactismo agregando un narrador que le explica todo esto al público, no vaya a despistarse. Unos excursos que también amplían la presencia en escena de Lluís Homar , quien encarna ese personaje con la misma autoridad que el del tonante gobernador Danforth. El caso es que ralentizan la acción y hacen que la función se alargue más allá de las dos horas y media.
Por lo demás, el espectáculo, confuso en algún momento, contiene escenas notables a cargo del torturado John Proctor de Borja Espinosa y la lianta y lasciva Abigail, vehementemente encarnada por Nausicaa Bonnín , a los que se suma el buen tono interpretativo general, con unas estupendas Nora Navas y Carme Sansa como Elisabeth Proctor y Rebeca Nurse, respectivamente. Beatriz San Juan firma una eficaz y sencilla escenografía compuesta por una estructura de madera que se acomoda a los diferentes espacios donde transcurre la acción, y también un vestuario de aires contemporáneos. Espléndida la iluminación de Valentín Álvarez .