Blanca Marsillach rinde homenaje a su padre con Miguel Rellán como cómplice

Veinte años después de la muerte de Adolfo Marsillach, estrena en el Infanta Isabel el espectáculo 'Una noche con los clásicos'

Mario Gas es el coordinador escénico de la función, que contiene versos de autores como Lope, Calderón, Quevedo o Miguel Hernández

Blanca Marsillach y Miguel Rellán Moises Fernandez Acosta
Julio Bravo

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«¿Por dónde quiere usted que empiece?», responde con guasa Miguel Rellán cuando se le pregunta por las virtudes de Adolfo Marsillach . Y es que, dice el actor, Marsillach fue «una de las figuras indiscutibles del teatro de este país, y de las pocas que deben escribirse con mayúsculas. Apunte usted: autor, adaptador, director, actor, gestor, creador de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, director del Centro Dramático Nacional, guionista y director de series como 'La señora García se confiesa', agitador con montajes como 'Marat-Sade', Sócrates' o 'Tartufo'... Vamos, que debería tener un monumento en la Plaza Mayor».

No sorprende, después de esta relación, que cuando un día, hace unos meses, Blanca Marsillach llamó a Miguel Rellán para ofrecerle hacer junto a ella 'Una noche con los clásicos' -un recital que el propio Adolfo Marsillach hizo junto a Amparo Rivelles y María Jesús Valdés -, no pudiera resistirse. «Enseguida pensé en Miguel, sí -dice la actriz-. Ya le propuse hacer 'Yo me bajo en la próxima', pero se me resistió. Y entonces le convencí con este montaje. El 21 de enero se cumplieron veinte años de la muerte de papá, y un domingo por la tarde vino a casa; me miró y me dijo que sí».

No fue fácil, sigue Blanca Marsillach, encajar las fechas y cuadrar la agenda del actor para poder estrenar el espectáculo en el Teatro Infanta Isabel , donde estará hasta el 17 de abril. Tampoco la de Mario Gas , coordinador escénico de la función. «Pero bueno, aquí estamos», dice satisfecha la actriz, que vuelve a los escenarios después de quince años en los que ha estado dedicada a sus proyectos de teatro social. «Da un poco de vértigo», confiesa, «pero estoy feliz».

«Lo que pretendo es contribuir con mi granito de arena a que el público que venga le pueda cambiar un poco el alma a través de los poemas, de los clásicos... Acercarlos, hacerlos vigentes, que es lo que hizo mi padre con la CNTC... Es un legado, yo estoy de prestado, soy un vehículo por el que transita algo que ya comenzaron otros. Ojalá podamos tocarle un poquito el corazón a alguna mujer, a algún hombre, con los versos, y que salga mejor de lo que ha entrado en el teatro».

Calderón, Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz, Lope de Vega, Gil Vicente, Quevedo, Miguel Hernández. .. son algunos de los poetas incluidos en el espectáculo, en el que también está presente el propio Adolfo Marsillach a través de viejas grabaciones. «Voy a trabajar con él a título póstumo -se alboroza Rellán-, y eso para mí es un privilegio y convierte el recital en algo más que un recital... Voy a trabajar también con Blanca, su hija, que es una peleona maravillosa, y con Mario Gas a la batuta. Y diciendo poemas maravillosos... Palabras mayores».

Los versos del Siglo de Oro son la columna vertebral del espectáculo; Lope de Vega o Calderón siguen siendo, cuatrocientos años después, autores imbatibles. «Pasa lo mismo con Mozart -dice Miguel Rellán-. Hay veces que lo estoy escuchando y lo paro asombrado . ¡No puede ser! Su talento, su sensibilidad... Me quedo estupefacto». Pero no solo le ocurre, dice, con los autores del Siglo de Oro, sino con otros como García Lorca. «Cuando mi caballo lento / coma tallos con rocío, / cuando la niebla del río / empañe el muro del viento, / cuando el verano violento / ponga el llano carmesí / y la escarcha deje en mí / alfileres de lucero, / te digo, porque te quiero, / que me moriré por ti». «¡Fíjese...! ¡Qué barbaridad!»

Piensa Blanca Marsillach que el público se lo va a pasar muy bien escuchando los versos que componen el espectáculo: «Se lo puede uno pasar muy bien con muy poco; no hacen falta grandes cosas. Cada vez estoy más convencida de que en todos los ámbitos de la vida menos es más, que son los pequeños detalles, los pequeños momento s, los más importantes. Y esta complicidad de estos momentos, de estas perlas, son las joyas tanto en la vida como en el teatro».

Y si para Miguel Rellán 'Una noche con los clásicos' es especial porque le permite subirse al escenario 'con' Adolfo Marsillach, más lo será para Blanca. «Es muy emocionante verle y escucharle ; fue un montaje que hizo con muchísimo cariño, con Amparo Rivelles y con María Jesús Valdés. Hicieron una gira muy bonita, y aunque él ya estaba enfermo en esa época, se lo pasaron muy bien. Recuerdo las noches de Almagro y lo bien que se lo pasaban los tres. Recuerdo el gozo, el disfrute, el sarcasmo, la ironía, el estar de vuelta, el placer del decir...»

Poder tener a Adolfo Marsillach a través de sus imágenes ha sido uno de los motivos para poner el espectáculo en pie, reconoce Blanca, que se siente muy bien al poder 'compartir' escenario de nuevo con su padre. « Me siento más segura que nerviosa. Nos llevamos muy bien... Sobre todo a través de una pantalla, y no me puede regañar», ríe la actriz

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