Blanca Marsillach cierra en Madrid la gira de su proyecto de integración a través del teatro
«Viajando con Marsillach», incluido en el programa Incorpora de la Obra social la Caixa, llega a Madrid
«Por primera vez, sentí que había elegido un oficio con el que podía llegar al corazón de la gente. He procurado luego que no se me olvidara». Son palabras de Adolfo Marsillach que inspiraron a su hija menor, Blanca , a desarrollar su labor de teatro social, en la que lleva embarcada varios años. Hoy se presenta «Viajando con Marsillach» en CaixaForum de Madrid, última etapa de un proyecto integrador incluído en el programa Incorpora, de la Obra Social la Caixa, que ha logrado, cuenta orgullosa la actriz y productora, «la integración laboral de 62 personas en riesgo de exclusión social».
«He examinado toda la trayectoria de mi padre -sigue Blanca, a la que nombrar a Adolfo Marsillach le provoca todavía un húmedo velo en la mirada-, y humildemente estoy siguiendo sus pasos: ayudando con el teatro a la sociedad . Él lo hacía a través de un teatro muy reivindicativo en un momento de nuestra historia, y yo, con Varela Producciones , a través de un teatro social, que ahora mismo es mi proyecto de vida».
« Viajando con Marsillach » -un espectáculo que reúne escenas de «Yo me bajo en la próxima» y «Feliz aniversario»- es el vehículo empleado para esta labor integradora. La interpretan Luis Mottola (que ha sustituido en Madrid a Xabier Olza ), Carol Rovira y Adela Estévez , y en cada ciudad se unían al equipo diversas personas en riesgo de exclusión social. «La contratación la hemos hecho a partir de unos perfiles seleccionados por la obra social la Caixa -cuenta Blanca-, y hemos tratado de que hubiera variedad: exreclusos, exdrogadictos, gente que lleva en paro mucho tiempo, inmigrantes, víctimas de violencia de género...» Los seleccionados -diez en cada ciudad- se han convertido así en encargado de prensa, auxiliar de dirección, encargado del atrezzo, peluquero... Entre ellos figura por ejemplo Oleg , un ucraniano «que ha tenido una vida tremenda y las ha pasado canutas», y una joven periodista venezolana, Guindi , que tuvo que dejar su país amenazada por el Gobierno de Chávez.
Para la actriz Clara Rovira , ésta es también una forma de incorporarse a su profesión. Recién egresada del Institut del Teatre de Barcelona , califica esta «aventura» como una experiencia «distinta y muy enriquecedora. Te da una visión diferente de lo que es el teatro: la finalidad no es salir a escena, sino que hay otros objetivos detrás que son más importantes que el hecho de hacer la función. Se vive más el proceso que el resultado, y esto me ha hecho aprender muchísimo».
La joven actriz catalana asegura que el disfrute de esta experiencia ha sido doble. «Profesionalmente, ha sido un placer defender un texto como “ Yo me bajo en la próxima ”, que es en la que estoy fundamentalmente; tanto con Xabier como con Luis ha habido química y compenetración, que en una obra de dos es fundamentalmente. Ha sido un gran aprendizaje como actriz».
La experiencia personal, dice Clara Rovira, ha sido muy gratificante . Ha sido superbonito poder conocer gente tan diferente con circunstancias tan especiales y, en algún caso, tan difíciles. Solo son tres días de convivencia, pero en ellos te da tiempo de crear lazos casi familiares . Yo sigo en contacto con algunos de ellos, y eso es muy enriquecedor».
El proyecto tiene entre sus objetivos «elevar la autoestima de estas personas para que afronten con otra mirada el futuro», dice la actriz. Blanca Marsillach lo corrobora. «Vamos a ver los frutos de las semillas que hemos sembrado, porque la idea es que después de este pistoletazo de salida no les venga un bajón, y que tengan algún tipo de salida. Alguno de ellos ya ha conseguido contratos en prácticas; lo ideal es que se convierta en un trabajo estable. Si se encuentran bien y piensan que son capaces, con esa actitud puedes llamar a otras puertas . Muchas veces lo más difícil en sus casos es armarse de valor para llamar a la primera puerta».
La mente de Blanca Marsillach no para. Va a dejar descansar el proyecto de integración un año y se va a embarcar con otro: « Una noche con los clásicos », el recital poético concebido e interpretado por su padre (junto a Amparo Rivelles y María Jesús Valdés ), en este caso para que lo interpreten ancianos. Lo dirigiría ella misma y la idea es ensayar un día con ellos antes de hacer la función. «Queremos que sumen vida a los años mientras suman años a la vida».