«Blackbird», de David Horrower: poética más allá del horror
Irene Escolar y José Luis Torrijo, bajo la dirección de Carlota Ferrer, interpretan en el Pavón Teatro Kamikaze esta obra
![Irene Escolar, en «Blakbird»](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2017/04/08/blackbird-kQeF--620x349@abc.jpg)
El caso de Toby Studebaker , un antiguo marine estadounidense que secuestró -y abusó de ella- a una niña de 12 años inspiró al escocés David Harrower para escribir su obra « Blackbird » («Mirlo», en inglés) en 2005. Irene Escolar , una zahorí constante en busca de textos, descubrió la función y compró los derechos con la esperanza de poder interpretarla en algún momento. «Éste es mi proyecto más personal; significa un paso nuevo en mi carrera». Con el respaldo de la Comunidad de Madrid y de su Festival de Otoño a Primavera (donde se inscribe el estreno), decidió poner en pie la función, en la que quería contar con su amiga, la directora Carlota Ferrer . José Manuel Mora firma la adaptación, en la que la propia Irene Escolar actúa junto con José Luis Torrijos .
«Blackbird» -que tiene, dice Mora, «ecos de tragedia»-, «habla de la condición humana : del deseo, de la pérdida, del amor, del dolor... -dice Irene Escolar-. Cada uno hace lo que puede con su dolor». La actriz, que define el texto como «un combate verbal», está encantada con Una, la mujer a la que interpreta. «Es difícil encontrar un personaje con una psicología tan veraz . Una se ha quedado estancada en el tiempo a causa de una herida». Un personaje, coincide con Carlota Ferrer, para el que hay que abrirse en canal. Añade Irene que «interpretar a alguien que ha pasado por la experiencia que atravesó mi personaje es una gran responsabilidad ».
La obra recrea un encuentro de dos personas, una mujer que aún no llega a la treintena y un hombre varios años mayor que ella, quince años después de que sucediera un hecho, traumático, que les marcó la vida a los dos . El texto sigue la estela de obras como «El maestro constructor», de Ibsen ; «Muerte en Venecia», de Thomas Mann ; o «Lolita», de Nabokov . «El latido de ese encuentro entre un hombre y una niña -son palabras de la directora- llega hasta nuestros días como un eco que no cesa de ser actualizado. Ese eco es el de un juego entre lo real y una poética soterrada, subterránea, que sobrecoge al espectador y entra en contradicción con lo moralmente aceptable y la anagnórisis».
Asegura Carlota Ferrer que el montaje trata de encontrar la poesía dentro de lo cotidiano , la belleza dentro del horror, y para ello ha buscado la complicidad del lenguaje cinematográfico. «La poética plástica eleva el realismo a una zona que ya no está vinculada a lo racional, sino a lo sensorial y lo emocional ».