CRÍTICA DE TEATRO
«Besugo por las paredes»: la risa, remedio infalible
Diana Lázaro presenta en el teatro Lara este monólogo que ella misma ha escrito, ha dirigido e interpreta
Detrimento López es el envés de Diana Lázaro , su sosias virtual, que se atreve a decir cosas que la actriz, amarrada como todos por las cadenas de lo políticamente correcto, no se atreve. Detrimento López es natural de Instagram, provincia de Redes Sociales, y allí creció de la mano de su progenitora hasta que decidió encarnarse en un monólogo cuyo título deja bien a las claras cuáles son sus intenciones: « Besugo para todos ».
Tiene esta función perfume de club- de-la-comedia, del que le diferencia, más que la dramaturgia, el poso demoledor que se esconde detrás de algunos de sus chistes y chascarrillos. «La vida es un asco», justifica la autora a través de su personaje, y la única salida es reírse de uno mismo. Por el monólogo desfilan asuntos como la familia, el trabajo, el amor, las redes sociales o incluso la salud. « Tenemos 650 músculos para que nos los contracturemos , 206 huesos para que nos los rompamos, tres millones de pelos para tenerlos que lavar, cortar, marcar, teñir, hacer la permanente, las mechas californianas... Tengo 75 kilómetros de nervios... así no hay quien viva tranquila»: es el tenor de un monólogo desacomplejado, deslenguado, con gotas de acidez, que encuentra eco en el espejo del público, que a lo largo del espectáculo celebra los chistes con risotadas, carcajadas y alguna que otra apostilla.
Diana Lázaro dice el texto con desparpajo -aunque tal vez con excesiva velocidad en ocasiones- y desde el primer minuto logra, además de las risas, la complicidad de los espectadores.
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