«Bernarda», kilómetro cero

José Carlos Plaza se reúne por primera vez con las actrices que interpretarán su nuevo montaje, la lorquiana «La casa de Bernarda Alba», para analizar el texto y hablar de la función

José Carlos Plaza y sus actrices charlan sobre «La casa de Bernarda Alba» Maya Balanyá
Julio Bravo

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«Tengo una pregunta para vosotras: ¿hacemos la obra o cambiamos la obra?» Quien lanza la cuestión es José Carlos Plaza ; las siete mujeres que le rodean le miran con cara de desconcierto. Las siete mujeres son las siete actrices que van a interpretar, bajo la batuta de Plaza, « La casa de Bernarda Alba »: Ana Fernández, Pepa Gracia, Rosario Pardo, Montse Peidro, Marina Salas, Julieta Serrano y Consuelo Trujillo (falta Zaira Montes, con otros compromisos profesionales, y el grupo se completa con Jorge Torres, ayudante de dirección). Se han reunido con Plaza -y el productor de la función, Celestino Aranda - en la primera toma de contacto entre director e intérpretes de una nueva producción de la obra de García Lorca , que está prevista que empiece a ensayarse el 8 de febrero de 2021 y se estrene el 26 de marzo en el Teatro Principal de Alicante.

Plaza se explica. ««La casa de Bernarda Alba» tiene la esencia de una tragedia eterna ; habla del patriarcado ejercido por una mujer, de una clase dominante, unas mujeres encerradas... Pero el texto es anecdótico, en el sentido de que se ciñe a unas circunstancias y un momento muy concreto; es un anecdotario del año 36 . ¿Cómo se puede hacer hoy, en pleno siglo XXI. Yo estoy todavía en esa lucha, y os confieso que no sé todavía cómo lo voy a hacer».

El director madrileño tira de recuerdos -«yo tengo ya muchos años», dirá varias veces a lo largo de la reunión- y les cuenta a las actrices que él ya dirigió la obra en los años ochenta -«con Berta Riaza », apostilla Julieta Serrano , la veterana del grupo, y cuya presencia en el reparto es para Plaza «un sueño dorado»-. «Sí, con Berta. Miguel Narros , que dirigía el Teatro Español, me llamó para hacer esta obra porque Paco Nieva y yo habíamos trabajado con el TEI en una adaptación de la obra que se titulaba « Que arda Bernarda ». Ahí sí cambiábamos el texto, y por eso la familia de García Lorca nos prohibió el estreno».

Pero esto es «La casa de Bernarda Alba», insiste Plaza, «y el público va a venir a ver «La casa de Bernarda Alba», así que ¿qué hacemos?» Las actrices siguen en silencio; con el libreto en sus manos, se miran unas a otras pero ninguna parece querer ser la primera en tomar la palabra y el director continúa su monólogo. «Hay un cuadro en el Museo del Prado que me parece muy revelador. Es el « Saturno devorando a sus hijos », de Goya. Hay una similitud con lo que se cuenta en «Bernarda», porque ella, sus hijas, son devoradas por sus ancestros. Lo que pasa en la «Bernarda» es fruto de la educación que han recibido: el honor es la muerte, es callarse. La palabra ¡Silencio! abre y cierra la obra». Plaza recorre la mirada de las actrices, que siguen con los ojos clavados en su director, pero aún todavía en silencio. «Como actrices, tenéis que comprenderlas, aunque se alejen de vosotras; partir del análisis, por texto, de cada personaje. Son todas feas». «Ser feo es algo subjetivo», se atreve a objetar Marina Salas, que interpretará a Adela. Plaza concluye. «Mi labor, como director, es ayudar a que la parte interior de cada una de vosotras vaya en la misma dirección y avance hacia una misma idea. Pero esto no es la piedra filosofal».

Vuelve el director la cabeza y encuentra la mirada de Consuelo Trujillo , que encarnará a la implacable Bernarda. Sin palabras le da la alternativa para que rompa el fuego: «Hay que ver la actualidad o no actualidad del texto... Yo creo que es un texto inmenso, que no pasa de moda, que atraviesa las épocas . De algún modo, todas las mujeres hemos colaborado a mantener el dominio del patriarcado. Pero ¿desde dónde me acerco al personaje? Estamos en 2001, no en 1936, y yo no quiero dejar de ser hija de mi época». «¿Y cómo se hace eso? -pregunta Julieta Serrano con falsa ingenuidad- ¿los hacemos de entonces o de ahora?» «Eso no lo sé», confiesa Consuelo Trujillo. «Lo que sí es que el texto de Lorca hay que decirlo, si no estaríamos haciendo otra cosa».

Se ha roto el hielo; José Carlos Plaza apunta que no se trata de situar la obra en otra época u otro lugar. «La tentación que tenemos los directores es poner nuestra impronta y situar las obras en Hawaï o llevarla a la luna. No. Esta es una función que habla de mujeres españolas». «Andaluzas -tercia Rosario Pardo , que hará de Poncia-. Yo he conocido a la Poncia, es la mujer que me enseñó a cantar... La música es una manera de contar el drama». «Sí, es muy musical», admite Plaza, que planea convertir en canciones parte del texto de Lorca.

«Yo he estado pensando en Angustias, mi personaje», interviene Ana Fernández . «Es una mujer infeliz, castrada, sin sexo... Pierde la luz. A propósito de lo que has dicho de que todas son feas... La falta de luz interior hace que nos afeemos. El otro día, en una cena, lo comprobé con una amiga mía, que estaba como apagada, y se le veía fea, de verdad. Luego salimos por ahí y pareció renacer. Y de repente estaba guapísima. Mira las mujeres árabes, cuando se juntan tienen un poco más de vida y de alegría»... «Es verdad. Las hijas de Bernarda tienen el alma metida para adentro », concluye Plaza.

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