'La bella Dorotea', la novia eterna de Miguel Mihura
Miguel Mihura cometió el 'pecado' de escribir básicamente en las décadas de los cincuenta y sesenta, y de hacer un teatro cómico y frecuentemente comercial, motivos más que suficientes para que, en los últimos años, se le haya prácticamente expulsado de los escenarios españoles (como también, por razones diferentes, otros pilares de nuestra dramaturgia como, por ejemplo, Jardiel Poncela , Buero Vallejo o Alfonso Sastre ).
Autor de piezas tan populares como 'Tres sombreros de copa', '¡Sublime decisión!', 'Melocotón en almíbar', 'Maribel y la extraña familia', 'Ninette y un señor de Murcia' o ' La bella Dorotea ', el Teatro Español pone ahora en pie precisamente esta última pieza, una obra que se estrenó en el vecino Teatro de la Comedia el 24 de octubre de 1963. Sobre aquel estreno escribió Enrique Llovet : «Mihura -en cierto modo como Ionesco- amplifica bárbaramente unos datos -sin deformarlos, que ahí está el inmenso acierto- para que a través de ese fenomenal microscopio tomemos más fácilmente conciencia de nuestras miserias y debilidades. (...) Lo que estremece es que, en el fondo, la materia dramática de Mihura procede de las zonas menos brillantes y espectaculares de la naturaleza humana».
La obra cuenta la historia de Dorotea, hija de un cacique rural, que es plantada por su novio en el último momento y hace la promesa de no quitarse el vestido de novia hasta encontrar con quién casarse. Amelia Ochandiano dirige la producción del Español, que interpretan Manuela Velasco , Raúl Fernández de Pablo, Rocío Marín, César Camino, Mariona Terés, María José Hipólito y Belén Ponce de León.
«A Mihura hay que acudir -ha dicho Amelia Ochandiano, que hace catorce años puso en pie 'El caso de la mujer asesinadita'- libre de prejuicios , y muchos de los que hablan mal de su teatro lo hacen porque en realidad no lo han leído. No se puede hacer una valoración moral ni podemos ser hipócritas; a los artistas les perdonamos sus faltas cuando queremos».
«Mihura -dice la directora- tiene lo que podríamos llamar oído absoluto de escritor ; quiero decir que, en su estructura, el texto tiene el mismo peso en fondo y forma, y con esto quiero exponer que si no dices lo que está escrito tal y como está escrito no llegarás a la intención última del autor, a su fondo».
«Confieso mi admiración por los personajes femeninos en la obra de Miguel Mihura -añade Amelia Ochandiano- En muchas ocasiones se le ha tildado de misógino, pero creo firmemente que no es cierto. Mihura reparte críticas y aguijonazos a hombres y mujeres sin piedad y al alimón, de forma políticamente incorrecta -afortunadamente-; pero, desde luego, y a pesar de la época en la que desarrolla gran parte de su producción, los personajes de mujer son muy potentes, y las protagonistas absolutas de la mayoría de sus títulos, mujeres que rompen con lo establecido, rebeldes, inconformistas y sobre todo y en general incomprendidas, como personajes sin cabida en el mundo que les ha tocado vivir».