Ana Belén recibe el premio Corral de Comedias en la edición más emotiva del Festival de Almagro
«Con cada personaje que interpreto salgo mejor de lo que entré», dijo la actriz y cantante
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Una hora antes de las nueve de la noche, la hora prevista para el comienzo del acto inaugural, llovía a mares sobre Almagro. La entrega del premio Corral de Comedias a Ana Belén, primer aldabonazo de esta singular edición del festival de Teatro Clásico, tenía como escenario el Palacio de los Oviedo, un recinto al aire libre. Los responsables del certamen, con su plan B, confiaban en que las nubes se alejaran y dejaran despejado el cielo inaugural.
Finalmente, la lluvia fue benévola y se apiadó del monumental esfuerzo realizado por Ignacio García y su equipo, para poner en pie un festival del que han tenido que elaborar hasta veinte versiones. Y a la hora prevista comenzaba el acto. El propio director del certamen abría -tras el preceptivo minuto de silencio guardado por las víctimas de la pandemia- la función. «Todo es diferente este año y tiene otro valor» -dijo-; también la vuelta a los teatros vacíos tanto tiempo, demasiado. Almagro es siempre un milagro teatral y este año lo será más que nunca como espacio de encuentro y de esperanza; como símbolo de todo lo que somos capaces de construir juntos.
Ana Belén, que a lo largo de su carrera ha visitado a menudo los textos clásicos -inolvidable su trabajo en la legendaria versión de «La hija del aire», de Calderón, que montó Lluís Pasqual-, fue la protagonista de este primer verso ofrecido por lo que Ignacio García definió como «reserva natural» del Siglo de Oro. «Ana Belén -siguió el director del festival- nos hace comprender cuántos universos caben en una sola mujer , en la que vive toda la historia del teatro, en esta “hija del aire” eterna, cuyos versos e ideas siguen flotando por estas calles».
Antes de dar paso a Manuela Paso, que recitó unos versos de la mencionada obra de Calderón, Ignacio García concluyó: «La cultura es ese corazón y esa cabeza juntos en las que Sancho y Quijote conviven y pueden crecer juntos».
Subió a continuación al escenario -que presidía uno de los figurines que creó Fabià Puigserver para la citada producción de «La hija del aire»- Vicente Molina Foix, que repasó los trabajos teatrales de Ana Belén, para después alabar su capacidad interpretativa. «El “método Ana Belén” , según yo lo veo, consiste simplemente en que el primer día, el día en que la compañía lee en voz alta el texto de la función, Ana Belén, enseguida se advierte, no sólo lo ha leído de cabo a rabo sino que ya parece retenerlo entero en la memoria, al contrario que otros no menos grandes intérpretes que llegan a dominar el libreto en la labor diaria del desbrozo y el estudio gradual».
Tras sus palabras, llegó la música, de la mano de Iván «Melón» Lewis, que interpretó al piano un popurrí de las canciones de Ana Belén; y la palabra, con María Barranco, con su desparpajo natural. «¿Por qué unas con tanto y otras con tan poco?», se lamentó la actriz, en referencia a los logros profesionales y personajes de la homenajeada: «Ana, eres la más grande. Te quiero» , concluyó. El alcalde en funciones de Almagro, Jesús Santacruz; el presidente de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero; la consejera de Educación y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Rosana Rodríguez Pérez, llenaron el espacio institucional, que cerró el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes: «Es importante dar estos pasos con cabeza pero con determinación», comenzó. De Ana Belén dijo que es «una de nuestras actrices universales», y destacó su compromiso. «Premiar a Ana Belén -concluyó- es premiar a una persona, pero también recordar unos valores que están en la Cultura y que no podemos olvidarnos de ellos, a un referente de nuestra sociedad y de la ética pública».
Una Ana Belén vestida de rojo y emocionadísima recibió el premio, que representa una viga del Corral de Comedias. Se acercó al maniquí que portaba el vestido de Semiramis, que ella llevó hace años, y recordó que visitó por primera vez a Almagro en 1968. «Vine con la compañía del Teatro Español, que dirigía Miguel Narros -recordó-, con “El rufián Castrucho", de Lope de Vega». Recordó también Las mujeres sabias, El sí de las niñas, La hija del aire -intercalando párrafos y canciones de las obras, recitados o cantadas con su inconfundible personalidad-, antes de recordar a los actores que fueron sus referentes «no solo en la escena sino en la vida»: Miguel Narros, William Layton, Julieta Serrano, Carlos Lemos, José Carlos Plaza, Berta Riaza, Mari Carmen Prendes.
Se dirigió Ana Belén a los jóvenes que están pensando en ser actores. «Que luchen, que se preparen, que exijan, que no se conformen... Que luchen por vivir de esta profesión ». Habló del valor de la cultura «frente a aquellos que la minimizan o directamente la desprecian». Nos da, dijo, conocimiento, belleza y reflexión, antes de cerrar su intervención dedicando su premio a «todos los que nos han cuidado y protegido, porque ellos son los importantes» y asegurando que ella no es mejor que nadie, «pero con cada personaje salgo mejor persona que cuando entré».