Bajar el telón, una catástrofe para el teatro privado

Las medidas aplicadas supondrán un descalabro económico de difícil recuperación

La Gran Vía madrileña, con el teatro Lope de Vega en primer término Ángel de Antonio
Julio Bravo

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Resignación y miedo al futuro. Así afrontan las gentes del teatro la decisión del Gobierno de prohibir los espectáculos con más de mil personas de aforo y restringir el aforo de las salas de menos de esas butacas a un tercio de su capacidad. Los productores privados tenían ayer en los labios la palabra «catástrofe» para referirse a la situación que les espera. Miguel del Arco e Israel Elejalde , dos de los responsables de El Pavón Teatro Kamikaze (que estrenará hoy « Traición », de Harold Pinter , con el aforo reducido), explicaban ayer que las medidas gubernativas van a suponer un descalabro económico del que va a ser muy complicado recuperarse. «Las nóminas hay que seguir pagándolas, y si no hay ingresos...» Según contaron Del Arco y Elejalde, la venta anticipada de la función iba muy bien hasta el momento, y se había superado el aforo permitido ahora en varias representaciones. «Vamos a tratar de recolocar a los espectadores en otros días, y hemos bloqueado ya la venta al máximo determinado por el Gobierno. Pero tendremos que devolver una media de cien entradas diarias ».

La segunda sala del Kamikaze, el denominado Ambigú , con aproximadamente ochenta localidades, cerrará, porque «no es viable económicamente hacer una función para menos de treinta espectadores. Solo con encender la luz ya perdemos dinero ». Y es que lo mismo les pasa a todas las salas pequeñas. Una de las más antiguas de la capital, la Mirador -con un aforo de 120 localidades-, anunciaba ayer que cancelaba hasta el 1 de abril «todas las funciones teatrales, conciertos y demás actividades multitudinarias que se hubieran celebrado en nuestro teatro».

«Menos que en el Metro

Otra de las salas del circuito alternativo madrileño, el Teatro del Barrio , anunciaba la cancelación, «desde la responsabilidad y el compromiso», del espectáculo «Calma», que iba a estrenar el día 18 de marzo Guillem Albà . El clown justificaba, en declaraciones a Efe, que «solo podrían entrar en la sala 43 personas, menos que las que caben en un vagón de metro». Albà añadía que la situación «es un desastre, esta medida lo hace insostenible, porque no podemos permitirnos pagar a los técnicos o una casa durante el tiempo que dure. Hace completamente insostenible cualquier pretensión de seguir».

El rosario de comunicados de los teatros anunciando el cierre temporal de las salas fue ayer continuo. Si el martes la productora Stage y el grupo Smedia anunciaban que cerraban o reducían el aforo de sus teatros, ayer se sumaba otra de las « locomotoras » teatrales madrileñas: SOM. La productora anunciaba que se bajaba el telón hasta el 25 de marzo en los teatros Nuevo Alcalá, Rialto y Calderón, incluso en las salas donde no se alcanza el aforo de mil localidades. En este último teatro el grupo La Cubana tenía previsto tener su espectáculo «Adiós, Arturo», hasta el 29 de marzo, por lo que ha decidido terminar su temporada madrileña.

Mediada la tarde, era la Asociación de Productores y Teatros de Madrid (Aptem) la que se manifestaba a través de un comunicado, en el que aseguraba que «se están tomando iniciativas que palíen las sin duda importantes pérdidas que las medidas adoptadas por el Gobierno van a ocasionar en los teatros y productores/as madrileños» y anunciaban reuniones con las distintas administraciones.

También Cultura ha decidido ir más allá en el cumplimiento de las medidas, y ha decidido cerrar durante los próximos quince días todos sus espacios escénicos de Madrid : Auditorio Nacional de Música, Teatro de la Zarzuela, Teatro de la Comedia, Teatro María Guerrero y Teatro Valle-Inclán «y, por tanto -explicaban ayer en un comunicado-, la cancelación de todos los espectáculos del organismo y de entidades privadas organizados en estos recintos durante estas fechas».

Al cierre obligatorio en Madrid, Vitoria y La Rioja, se han sumado también algunos voluntarios en otros puntos de España, como los Ayuntamiento de Gijón ( Teatro Jovellanos ) y Almería o la Muestra de Teatro Amateur de Briescas, en Aragón.

No solo los teatros se han visto afectados por la medida. Salas de conciertos como La Riviera, Clamores o Kapital anunciaban ayer la suspensión de sus actividades, y el grupo Obús decidía cancelar sus conciertos de marzo, en Vitoria, Bilbao, Miranda de Ebro y Málaga.

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