Antonio Pagudo y Vicente Romero se suben al éxito de «El crédito»
Gabriel Olivares dirige en el teatro Maravillas un nuevo montaje de la aplaudida obra de Jordi Galcerán
Hace más de tres años que levantó el telón de uno de los mayores éxitos del reciente teatro español: « El crédito », de Jordi Galcerán . Carlos Hipólito y Luis Merlo , dirigidos por Gerardo Vera , estrenaron la función, a la que se suben ahora Vicente Romero y Antonio Pagudo , dirigidos por Gabriel Olivares . Los dos actores no habían trabajado juntos hasta ahora. «Responsabilidad» es la palabra que surge enseguida. «Es el texto de más éxito de los últimos diez años, y se lo merece», dice Pagudo. «Asusta un poco», reconoce Romero. «Pero la personalidad de cada actor y la propuesta del director son las que hacen diferente cada montaje -añade-. Creo que el nuestro aporta frescura».
Lo que cuenta « El crédito »: «el contenido, no la forma, aunque sea muy atractiva», dice Romero, «es lo que más engancha al público . Los espectadores se van identificando con uno y otro sucesivamente. Y está muy bien escrita, claro». «La arquitectura es perfecta -tercia Pagudo-, tanto que influye a la hora de la propuesta escénica. Nosotros entendemos todo como un ciclo, un círculo vicioso en el que uno se deja llevar».
La obra comienza cuando un hombre entra en el despacho del director de un banco para solicitar un crédito . Algo tan cotidiano se convierte en un feroz combate con sorprendentes revelaciones. Vicente Romero encarna a Gregorio, el bancario . «Lo veo como una persona muy frágil -dice el actor-. Es un hombre sin opciones, con una mentalidad y unas reglas estrictas . Y el hombre que le pide el crédito le abre un mundo de posibilidades. Tiene una vida perfecta, pero este hombre la desajusta completamente porque está cogida con alfileres».
«Por contraste, Pablo , mi personaje -dice Antonio Pagudo- posee la fuerza aunque parece el más débil. Es el que menos tiene, pero posee la capacidad de levantarse siempre . Es un hombre luchador que no se rinde, que lo sigue intentando a pesar de las caídas. Y precisamente la dureza de la negativa es lo que le motiva a entrar en un juego de verdades y sentimientos; él ante eso se rebela y a partir de ahí se deja llevar por el juego en el que no tiene nada que perder. Tiene también cierto lado de mago que le cambia la vida al otro».
Tanto Pagudo (habitual en los montajes de Yllana) como Romero han encontrado la popularidad en la televisión , pero los dos tienen el teatro es «la nave nodriza». «Es mi formación y mi alimento -dice Romero-. Espero estar haciendo teatro hasta el final de mi carrera, es el lugar al que siempre quiero volver. Es lo que me ha construido como actor y como persona ».
«Yo nunca me fui del teatro -explica Pagudo-, y he tenido la oportunidad de trabajar mucho con Yllana . El teatro es mi estado natural; la televisión es lo raro. Aprendo mucho y lo paso muy bien, pero el teatro es donde me siento mejor. Aquí los actores tenemos el control y somos los que generamos lo que está sucediendo en la sala».