Almagro levanta el telón con un dramón de los de antes, 'Antonio y Cleopatra'
La Compañía Nacional de Teatro Clásico le es infiel a los autores del Siglo de Oro con William Shakespeare
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«En Almagro lo hemos pasado muy mal con la pandemia. Nos hace falta una alegría como es el festival». Lo dice Miguel, uno de los conductores (que alterna con otras labores de producción) que traslada a los invitados del certamen manchego. Y es que ... el año pasado, el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro abrió sus puertas, aunque con un formato reducido en fechas, espectáculos y aforo, cuando se abrió una rendija de libertad tras el confinamiento. Era el primer gran festival de teatro que se celebraba, y en Almagro no todos le daban la bienvenida.
Este año, sin embargo, en la hermosa localidad manchega hay sed de festival. Sus habitantes han recuperado la comunión que siempre ha existido entre ellos y los teatreros , y aunque la plaza mayor, infalible termómetro del estado de ánimo de la población, no muestra todavía su mejor aspecto, sí hay ya un bullicio nocturno -antes de las ocho de la tarde es una temeridad acercarse por allí- que recuerda el de otros años.
Almagro es estos días la capital teatral de España. Durante cerca de un mes, y bajo el lema de un verso de sor Ana de la Trinidad -«Y el tiempo breve pasarás en flores»-, se desarrollará la programación diseñada por Ignacio García y su equipo, que este año cuenta con Portugal como país invitado y con Navarra como comunidad autónoma invitada. Más de cuarenta propuestas conforman la oferta de esta cuadragésimo cuarta edición, que se desarrolla en seis escenarios: el Corral de Comedias -el corazón del festival-, el Teatro Adolfo Marsillach, la Antigua Universidad Renacentista (Aurea), la Casa Palacio de los Villarreal, la Casa Palacio de Juan Jedler y el Teatro Municipal.
Al margen de lo escénico, Almagro ofrece también otras actividades. Destaca en esta edición la exposición que, con la comisaría de Beatriz Patiño y Alejandro Andújar , se celebra en la Iglesia de San Agustín. 'El teatro de la vida' es su título, y en ella se recorre la fecunda y magnífica carrera como figurinista, escenógrafo y director de escena de Gerardo Vera , una de las figuras imprescindibles de la escena -y también del cine- de las últimas décadas. Es un recorrido emocionante, que abarca desde sus comienzos con el grupo Tábano -se recuerda que una bomba de la Triple A en los camerinos de un teatro estuvo a punto de costarle la vida a Vera y a Juan Margallo- hasta su montaje póstumo, completado por Alfredo Sanzol y José Luis Collado, que fue el 'Macbeth' que se presentó esta temporada en el Centro Dramático Nacional. La exposición trascenderá el festival y se podrá ver hasta el mes de noviembre.
La columna vertebral del Festival de Almagro es la Compañía Nacional de Teatro Clásico . No se entienden el uno sin la otra, y aquí tiene su segunda sede en lo que hasta hace un par de años era el Hospital de San Juan y ahora se ha rebautizado como Teatro Adolfo Marsillach. Allí se ha estrenado su nueva producción, que ha servido también para levantar el telón del festival manchego: ' Antonio y Cleopatra ', de William Shakespeare, con dirección de José Carlos Plaza y Ana Belén y Lluís Homar (director también de la CNTC) como pareja protagonista.
La CNTC ha sido en esta ocasión infiel a su esposo, los autores de nuestro Siglo de Oro -con Lope, Calderón y Tirso a la cabeza-, bien es cierto que con un amante incontestable: William Shakespeare -aunque no es la primera vez que el bardo inglés visita la compañía-. Y lo ha hecho con una de sus tragedias, estrenada en los primeros años del siglo XVII, que tiene como principal argumento la relación entre Cleopatra, la legendaria Reina egipcia, y Marco Antonio, un militar y político romano que llegó a gobernar Roma en un célebre triunvirato junto a Marco Emilio Lépido y César Octaviano. La obra, extensa, es lo que antes se denominaba un 'dramón', pero al decir de los expertos contiene uno de los personajes femeninos más interesantes y poliédricos escritos por William Shakespeare.
Vicente Molina Foix (que ya versionó hace años un polémico 'Hamlet', en el que sustituyó la tradicional frase 'Ser o no ser, esa es la cuestión' por 'Ser o no ser, esa es la opción) firma la adaptación del texto; su trabajo es impecable, con un lenguaje contemporáneamente culto. José Carlos Plaza es el director del espectáculo, condicionado por la personalidad de sus protagonistas. Tanto Ana Belén como Lluís Homar ofrecen una interpretación espléndida en lo vocal (es difícil encontrar una dicción tan perfecta en los escenarios hoy en día) pero algo amanerada e histriónica en ocasiones, lo que lastra una función que roza las tres horas de duración, y que seguro que va puliendo sus todavía cortantes aristas con el paso de las funciones. Este 'Antonio y Cleopatra' -que viajará después al Festival de Mérida- permite, también, encontrarse con actores tan expertos y ejemplares como Ernesto Arias, Rafa Castejón o Fernando Sansegundo .
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