Alberto Conejero abraza a Calderón de la Barca

El dramaturgo estrena 'Esta primavera fugitiva', escrita a partir de 'El príncipe constante'

Alberto Conejero, José Troncoso y Susi Sánchez Sergio Parra
Julio Bravo

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Se confiesa Alberto Conejero devoto de Calderón de la Barca y, especialmente, de su obra 'El príncipe constante'. «Es un texto infinito», dice. Por eso los responsables de la Compañía Nacional de Teatro Clásico pensaron en él cuando quisieron poner en marcha una nueva experiencia que uniera a los clásicos con la dramaturgia contemporánea. El primer fruto de este proyecto es 'Esta primavera fugitiva' -el título es un verso de ' El príncipe constante '-, en la que Conejero abraza el texto de Calderón, que presenta actualmente la CNTC en su programación. Con todas las entradas vendidas desde hace días -el espectáculo se presenta en la sala Tirso de Molina -, reconoce Lluís Homar , director de la compañía, que «nos ha explotado. Era algo nuevo y no sabíamos cómo iba a resultar, pero está claro que tendremos que intentar reprogramarlo en próximas temporadas»,

'Esta primavera fugitiva', dirigida por el propio Alberto Conejero, supone además la primera experiencia del dramaturgo sobre el escenario, que comparte con los actores Susi Sánchez y José Troncoso . «Este montaje es mi encuentro con los actores -dice Conejero-; Ellos han contribuido en la dramaturgia y su dirección, incluso. Ha sido un laboratorio de búsqueda. Por primera vez estoy en escena, aunque no interpretando un papel, sino a mí mismo, porque resultaba esencial poner mi cuerpo en escena». Se siente el dramaturgo feliz y agradecido por la posibilidad de dialogar con un clásico como Calderón. «No quiero cuestionarlo ni someterlo, solo acompañarlo. Mi texto es un simple suspiro en la catedral que es 'El príncipe constante'».

En la función, dice Alberto Conejero, «se entrecruzan tres universos: el de Calderón y los personajes de su obra; el revelador montaje que hizo en los años sesenta Jerzy Grotowski -desde la traducción al polaco de Slowacki en el siglo XIX hasta llegar al cuerpo incandescente del actor Ryszard Cieslak , que encarnó al príncipe en dicho montaje-; y, por último, los de mi propia familia». Revela el autor también que en la casa de sus padres encontró un ejemplar de 'El príncipe constante' «lleno de anotaciones y subrayados». Entre sus páginas había una fotografía. «Es de mi padre haciendo el servicio militar en Ceuta -ciudad que aparece en el texto calderoniano-. Es julio de 1978 y mi madre está embarazada de mí. En la fotografía, mi padre está acompañado de un amigo. Se llama Albert Sarri Mercader . Yo estoy a punto de nacer y tomaré su nombre...»

Caballero define su texto como « un puzzle . Comenzó siendo un material muy poroso, fragmentos sueltos que había que unir con una dramaturgia, que se ha ido construyendo con los actores. Me ha servido para desligarme de ciertas certidumbres e incluso me ha salvado de mí mismo».

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