Albert Boadella: «La SGAE funcionaba mejor con la dictadura»

El dramaturgo recibió las llaves de la casa del autor por sus 50 años como socio

Albert Boadella, junto a José Miguel Fernández Sastrón Ernesto Agudo
Julio Bravo

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«Solo el canto del gallo no paga derechos de autor». Esta leyenda se encontró Albert Boadella en la delegación de la SGAE de Barcelona cuando acudió por primera vez a registrar un texto y hacerse socio. De aquello se han cumplido cincuenta años y la entidad, como hace con todos los socios que llegan a esa cifra, le ha entregado la llave -simbólica- de la casa de los autores. No pudo el dramaturgo estar en el acto que se hizo en su día, y ayer José Miguel Fernández Sastrón , presidente de la entidad, cumplió el protocolo.

Recordó Boadella los tiempos en que «la SGAE era un monopolio y todos los empresarios trataban de estafarla , porque necesitabas un permiso suyo para poder estrenar. Cuando me encontraba con los organizadores que me decían: “Hemos estafado a la Sociedad de Autores”, yo decía: “Leches, lo que estáis haciendo es estafarme a mi”. La verdad es que no funcionaba mal... En el sistema autoritario funcionaba muy bien ; siempre tenías el dinero en el momento exacto y muy rápidamente. Mejor que cuando llegó la democracia. Ahora el dinero llega con mucho retraso; pero llega, que eso es lo importante».

Boadella, que ayer regresó a los teatros del Canal con su monólogo « El sermón del bufón », dijo que había trabajado de muchas cosas: «de actor, de director, de dramaturgo, de escenógrafo incluso. Pero todo ello son especialidades de autoría . Y yo he trabajado en ellas porque no sé hacer otra cosa. En otros aspectos de mi vida soy un inútil total».

Pero Albert Boadella, además de autor, es presidente de Tabarnia. Y correspondía saber su opinión un día después de las celebraciones en Cataluña de la Diada. « La situación está enquistada -dijo-. Veremos estos shows constantemente. Creo que ellos se sienten perdedores; han perdido el primer round, pero eso no quiere decir que el combate haya terminado. Y esto ocurre porque nadie quiere intervenir; durante treinta y cinco años se ha dejado hacer en los medios, en las escuelas, aceptando los constantes chantajes. Y estamos en peor situación que hace un año ».

Precisamente a las presiones del independentismo se achaca la dimisión de Lluís Pasqual al frente del Teatre Lliure . «Es una situación característica de nuestros tiempos, donde ser joven es el valor máximo de la vida. Que Pasqual sea un magnífico profesional reconocido internacionalmente, y que haya sido incluso el fundador del Lliure, no importa... hay una serie de gente joven que quiere sacar el tapón de nosotros, los viejos , como sea. Eso es lo que le ha pasado a Lluís. Lo que pasa es que él es muy diplomático y creo que se ha amilanado un poco. Tenía que haber salido directamente y contestarles».

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