«El nombre», una familia en pie de guerra
La comedia, que interpretan Amparo Larrañaga, Kira Miró, Jorge Bosch, Antonio Molero y César Camino, vuelve a Madrid
« El nombre », una comedia de los franceses Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patelliêre , ha abierto la temporada del teatro Cofidis Alcázar . El montaje, dirigido por Gabriel Olivares (el albaceteño tiene ahora mismo seis funciones en cartel en Madrid) sobre una adaptación de Jordi Galcerán , se estrenó en abril del pasado año en el teatro Maravillas, y vuelve ahora a la capital después de una larga gira. Amparo Larrañaga, Kira Miró, Antonio Molero, Jorge Bosch y César Camino conforman el reparto de esta comedia.
«El nombre» se estrenó en el teatro Edouard VII de París en septiembre de 2010, y dos años más tarde los propios autores la llevaron al cine. Se desarrolla en el salón de la casa de uno de los personajes, donde se desarrolla una cena familiar para celebrar el próximo nacimiento de un bebé. Se reúnen dos hermanos, sus parejas y un amigo de la infancia; cuestiones cotidianas salpican la conversación, hasta que se anuncia el nombre que los padres han decidido para su hijo; es la caja de Pandora que saca a la superficie miserias y rencores ocultos o escondidos durante años.
Un asunto nimio que genera una auténtica bola de nieve. «A mí me recuerda un poco al teatro de Yasmina Reza –decía Amparo Larrañaga con motivo de su estreno–. Pero cuando de un hecho tan pequeño se llega a tanto es porque detrás hay mucho más . Y por una tontería salen a relucir mezquindades, secretos, cuentas pendientes». «Es lo que ocurre en muchas familias –añade Jorge Bosch–, que hay algo latente, y en cuanto empiezas a rascar la aparente cordialidad se transforma en rencor y rencilla».
Los dos actores encarnan a dos hermanos muy diferentes. «Ella es -decía Amparo- una mujer que ha decidido estar detrás, pero es feliz; y muchas mujeres se van a sentir identificadas en ella. Y en un momento dado decide reivindicarse , que es esencialmente buena y generosa, y que quiere pacificar. Yo he conocido a muchas mujeres así».
Hay un leve matiz político en la función a propósito del nombre elegido para la criatura. «No es sino la excusa, el detonante , que sirve para destapar el auténtico asunto del que trata la comedia –explicaba Amparo–: la mezquindad , el rencor y las frustraciones que los personajes vomitan, y que pueden destruir su amistad. Se dicen tales barbaridades… Ninguno de los cinco personajes se deja nada guardado dentro , y parece imposible que se mantenga una relación amistosa entre ellos. Acaban literalmente a golpes y el público acaba olvidando por qué ha comenzado la discusión».
Y Jorge opinaba sobre la misma cuestión: «El público ya está curado de espanto . Yo vengo de hacer una función sobre política y políticos, y el público se reía. La política es una excusa para hablar del poder, de las relaciones humanas, de sus miserias, de nuestro ego y de nosotros mismos. Estas comedias son un espejo que nos ponen enfrente y que, por eso mismo, sorprenden e inquietan a los espectadores».
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