Nacho Duato: «Mi casa son mi cabeza y mis ideas»

El Staatsballett de Berlín, que dirige el coreógrafo valenciano, presenta en el Teatro Real su versión de «La bella durmiente»

Nacho Duato: «Mi casa son mi cabeza y mis ideas» ignacio gil

JULIO BRAVO

Cuando dejó la Compañía Nacional de Danza , hace cinco años, lo hizo con mucho ruido alrededor. Ahora, Nacho Duato vuelve como director del Staatsballett de Berlín , para ofrecer en el Teatro Real , a partir del viernes, dos programas; en el primero con su versión del clásico « La bella durmiente », con música de Chaikovski ; en el segundo, con tres piezas contemporáneas. Es la primera vez que presenta sus trabajos en España desde su marcha y su regreso ha estado también -«no aprendo», confiesa a ABC -. ha tenido también su estrépito, por unas declaraciones en las que aseguraba que no se sentía español .

- Sus palabras han levantado un gran revuelo...

«¿Qué es eso de sentirse español? Es una cosa rara, es como decir: “¿Te sientes homosexual?” Pues no. Solamente en determinados momentos»

-¡Ay, qué tontería, por favor! Yo dije que me sentía mediterráeno, que es lo que he dicho toda mi vida. La pregunta fue: “¿Te sientes español?» Y yo dije: “No, me siento mediterráneo”. ¿Qué es eso de sentirse español? Es una cosa rara, es como decir: “¿Te sientes homosexual?” Pues no. Solamente en determinados momentos. Pero claro que me siento español, tengo mi pasaporte español, y he ido por todas partes con la Compañía Nacional de Danza de España con mucho orgullo. Y en cuanto al tema de las banderas... Yo soy muy soñador, y me gustaría que no hubiese ni fronteras, ni pasaportes ni banderas... Me gusta la gitana, porque es azul y verde; que son el cielo, para soñar, y la tierra, para cuidarla. Pero estoy harto de esos signos de poder, con las torres, los leones, las espadas, los yugos... La gente que me conoce sabe por qué lo dije. Pero siempre vende más la frase «No me siento español» que «Me siento mediterráneo». Además, siempre he vivido fuera, y un bailarín no se siente de ningún sitio. Mi casa es mi cabeza, y allá donde voy, tengo mis ideas. Pero todavía no he aprendido, con todos estos años; tenía que haberme callado, pero ya sabe cómo soy...

- Su salida de la Compañía Nacional de Danza fue todo menos amistosa. ¿Se arrepiente de algo en relación a ella?

-No. Creo que fui muy generoso, les dejé un año entero mis ballets, que me los podía haber llevado en el momento en que me fui, porque estaba en mi contrato. Lo hice por respeto a mis bailarines, pero dejarlos más tiempo no tenía sentido; tampoco me lo pidieron, si lo hubieran hecho a lo mejor hubiera dicho que sí.

- La ruptura fue muy brusca .

-Aguanté bastante, dos años, sabiendo que no querían que estuviese ahí, y eso no está bien. Te come mucho el amor propio sabe que no les gustas, que están buscando a otra persona después de tantos años... Cuando en realidad yo me quería ir. Pero hubiese sidu mucho mejor hacer una transición. Pero no quisieron, y no pasa nada. No tengo rencor. Yo espero que el Ministerio esté contento con la decisión que tomaron, porque lo importante son los bailarines, la compañía. No quiero polémicas, pero me gustaría que les preguntase a ellos si creen que se han equivocado.

- En la rueda de prensa ha abierto la puerta a la Compañía Nacional de Danza. A José Carlos Martínez le pregunté si le gustaría contar con usted, y me dijo que sí. ¿Qué hace falta para que vuelva con alguna de sus creaciones a la compañía?

«Para volver, solo quiero una carta del Ministerio en la que me dijeran que están interesados en retomar la relación»

-Una carta del Ministerio en la que me dijeran que están interesados en retomar la relación. Porque yo con quien firmé fue con el Ministerio, y quien me despidió fue el Ministerio. No es orgullo, pero hay unas normas que se deben cumplir. No necesito una carta solemne, nada más que una cartita muy simple.

- ¿Sigue pendiente de la compañía?

-Me mandan siempre información de los espectáculos, de los estrenos. Veo algunas veces los videos en su página web, y tengo contacto, y amistad, con varias personas de la compañía. Pero no la conozco tanto como para poder juzgarla.

- Ha dicho usted que está en una etapa más madura. ¿Cómo se traduce?

-En el Staatsballett me siento más director que nunca, porque además soy intendente, tengo que llevar presupuestos, y sin mi firma no se hace nada. Y es una gran compañía, con un repertorio importante. Puedo hacer ballets míos, y voy a hacer dos al año, pero ya no me interesa tanto hacer ballets para que los bailarines aprendan mi estilo. Ahora me interesa más dirigir la compañía como director que como coreógrafo.

- En cuanto al repertorio clásico, dice que no lo hizo en Madrid porque no tenía los medios necesarios, pero tampoco quería hacerlo...

-Si en esa época hubiese estado en San Petersburgo lo habría hecho, pero yo había visto como se habían hecho aquí algunos clásicos, y no estaba bien.

- Montó «Romeo y Julieta», pero no siguió por ese camino...

-Pero era un ballet moderno, sin puntas... No es lo mismo que un clásico con tutús... No, no tenía gente. Ni los medios. Yo aquí me traigo diez sastras. En el Staatsballett hay un presupuesto de 850.000 euros solo para zapatillas de puntas. Además, estábamos viajando todo el tiempo, y sería imposible ir con un clásico.

Nacho Duato: «Mi casa son mi cabeza y mis ideas»

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación