Lola Herrera y Héctor Alterio vuelven a sumergirse «En el estanque dorado»
Hoy regresa al escenario del madrileño Teatrto de Bellas Artes
¿Existe algún screto para que una pareja perdure? No hay una receta mágica, pero Ethel y Norman Thayer, matrimonio protagonista de la obra teatral «En el estanque dorado» –que hoy sube a las tablas del Teatro Bellas Artes de Madrid en su segunda temporada, dirigida por Magüi Mira– quizá pueda darnos alguna pista. Ethel y Norman llevan juntos desde hace más de cuatro décadas y ahora afrontan el tramo final de sus vidas. Lola Herrera, que encarna a Ethel, señala : «Puede que por mi experiencia personal sea la menos indicada para hablar del asunto, pero sí vi la larga relación de mis padres. Había, naturalmente, desencuentros, pero se querían con locura. Como les ocurre a Ethel y Norman. Me parece fundamental saber pedir perdón, pues eso no hace de menos a nadie, al igual que es vital mantener la lealtad y la amistad, y, sobre todo, ser cómplices. Con esa base, aceptamos al otro con sus defectos y sus cosas grandes. Todo entra en el mismo saco». Por su parte, Héctor Alterio, que interpreta a Norman, agrega: «Mi matrimonio dura ya más años que el de los personajes de la obra. Hemos tenido altibajos, pues, por ejemplo, el traslado de un país a otro tuvo repercusiones complicadas. Pero ahí seguimos. Pienso que sobre todo es una cuestión de tira y afloja por parte de los dos para buscar el equilibrio».
Humor negro
«En el estanque dorado», del dramaturgo norteamericano Ernest Thompson , se estrenó en 1978 en el circuito «off» y, tras el éxito cosechado, pasó a Broadway. Después, la película de título homónimo, protagonizada por Katharine Hepburn y Henry Fonda , terminó de catapultarla a la fama. «Al principio –comenta Héctor Alterio– no dejaba de inquietarnos ese referente, con esos dos actores tan maravillosos. Pero pronto comprobamos que la respuesta del público fue excelente».
Tanto la actriz vallisoletana como el actor argentino afincado en España coinciden en marcar las diferencias con el filme: «Con independencia del magnífico trabajo de Hepburn y Fonda –recalcan–, el propio autor de la pieza confesó que la película había edulcorado la historia. Porque la obra es dura, y no dulcifica la realidad de que todos tenemos fecha de caducidad. Pero la presenta revestida de un humor, muchas veces humor negro, y de una perfecta dosificación de los sentimientos y las situaciones. Hay ternura y drama, y nunca rebaja lo compleja que es la vida y las relaciones humanas no solo de pareja, sino entre padres y hijos». Y añade Lola Herrera: «Por eso mi personaje se propone recomponer la relación de Norman con su hija. Ethel es una mujer puente por la que pasan todos los problemas familiares. Le dije a Magüi Mira que era un personaje que tenía muy hecho, pues a mí muchas veces también me ha tocado cumplir ese papel». «Ethel –apunta Héctor Alterio– es el apoyo permanente del hipocondriaco y sarcástico Norman».
Tirar para delante
Sin duda, la lograda contraposición de caracteres es una de las bazas de la obra, al igual que presentarnos la última etapa de la vida de manera realista, pero sin dejar de lado el optimismo. Y así es como la viven los dos veteranos actores. «No hay que tomarse la vejez ni la muerte a la tremenda. Es un tramo más de la existencia y hay que asumirlo con normalidad», explica Alterio. «Es un error –subraya Lola Herrera– que la sociedad relegue a las personas mayores. Siempre les he tenido gran veneración. Atesoran mucha experiencia que no debe desaprovecharse. Yo he aceptado mis arrugas, el paso del tiempo. Es positivo recordar gratos momentos de la juventud, pero nunca agarrarse a ellos. Forman un poso que te ayuda, pero siempre hay que tirar para delante, como hace Ethel. Hay enfermedades o situaciones que te impiden estar bien, pero nunca debemos rendirnos. A cualquier edad, lo mejor, y también lo más práctico, es tener buena disposición, vivir el presente».