Lolita Flores, una actriz con toda la barba
Rotundo éxito de «La asamblea de las mujeres», dirigida por Juan Echanove
Por primera vez Lolita se subía al escenario del imponente Teatro Romano de Mérida , un reto que ha asumido con toda la barba, tanto por su desparpajo interpretativo como, literalmente, porque luce en el mentón el poblado postizo que usa su personaje de Praxágora, la decidida ateniense líder de un movimiento para que las mujeres lleguen al poder.
Segura y con autoridad, lideró también el éxito rotundo conseguido por una versión bastante libre de la obra de Aristófanes firmada por Bernardo Sánchez y dirigida por Juan Echanove . En la noche del miércoles, puestos en pie, los espectadores aplaudieron a rabiar al final de una función salpicada por constantes carcajadas.
Y es que las irónicas procacidades escritas por el comediógrafo allá por el año 392 a. C. -y las añadidas por Sánchez- mantienen su devastadora eficacia cómica para el público de hoy. Debo confesar mi perplejidad (nada ceñuda, aclaro) por la hilaridad inapelable provocada por palabras como coño, culo, follar (perdonen por lo explícito) y otras muchas de las denominadas malsonantes que liberan los resortes secretos de la risa que estudió Freud. Los espectadores que llenaban el recinto emeritense disfrutaron de lo lindo con las peripecias de Praxágora y sus compañeras de aventura política, que, hartas del mal gobierno de la ciudad y disfrazadas con las ropas de sus maridos, logran hacerse con el poder manipulando con habilidad una asamblea ferozmente patriarcal.
El autor escribió este texto cuando Atenas no pasaba por sus mejores momentos y los ciudadanos, escaldados por las intentonas oligárquicas acaecidas tras la guerra del Peloponeso , defendían de forma tan ardiente como picajosa su democracia. Aristófanes , bastante conservador, se reía de esos excesos y en esta obra los pone en solfa, igual que la utopía protocomunista establecida por Praxágora y compañía. Aunque hoy se lea en clave feminista -el poder para las mujeres- no parece probable que esa fuera la intención del dramaturgo, pero cada época está en su derecho de asomarse a los textos como le plazca.
Y asi lo hizo el público de Mérida premiando con su entusiasmo un espectáculo que Echanove ha concebido con un tono arrevistado y frescachón, deslenguado (Aristófanes lo es) y con alguna escena sicalíptica. Hay canciones, bailoteos, referencias satíricas a la política de hoy, mucho cachondeo erótico, un explícito homenaje a la gran Lola Flores cuando su hija pide «si me apoyáis, irse», y hasta un guiño al famoso final -«nadie es perfecto»- de «Con faldas y a lo loco» del maestro Wilder.
Dio igual que se notara que la función necesita rodaje, podas y ajustes. Y si Lolita fue muy aplaudida, también lo fueron la veterana María Galiana, Sergio Pazos y el desbordante Blípero, cuitado esposo travestido de Praxágora, encarnado por Pedro Mari Sánchez; amén de Pastora Vega , Luis Fernando Alvés, Concha Delgado, Bart Santana y el resto del reparto. Concluida la representación, la actriz y cantante manifestaba su satisfacción cerca de donde se encontraban sus hijos, Elena y Guillermo Furiase: «Nunca en la vida -confesó- podré agradecer a Dios todo lo que me ha dado este año: una maravillosa «Plaza del Diamante» y esta « Asamblea de las mujeres » tan divertida. Los que la hacemos nos hemos convertido en una familia, unida para hacer un trabajo pensado para que el público se lo pase bien, así que sus risas y sus aplausos son el mejor regalo».
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