El Nederlands Dans Theater se tiñe de nostalgia en el Teatro Real
La compañía holandesa presenta «Sehnsucht» y «Schmetterling», de Sol León y Paul Lightfoot
El Nederlands Dans Theater es, desde hace muchos años una de las locomotoras de la danza en Europa. Ha sabido sobrevivir a Jiri Kylian, que fue, además de uno de los principales creadores del siglo XX, el gran «hacedor» del conjunto holandés. Sigue, sin embargo, el coreógrafo checo, presente de alguna manera: en el rigor de las propuestas, en la calidad de las puestas en escena y en la clase de sus bailarines.
De alguna manera, el Nederlands Dans Theater está vinculada a España, especialmente por la presencia en el conjunto -en el que además veló sus primeras armas como coreógrafo- de Nacho Duato , que imprimió en la Compañía Nacional de Danza la mayor parte de las enseñanzas recibidas por parte de Kylian. Ahora el vínculo se mantiene fundamentalmente por la presencia de Sol León , una bailarina cordobesa que lleva en en Nederlands Dans Theater más de un cuarto de siglo y que es, junto a su pareja, Paul Lightfoot -el actual director de la compañía-, su coreógrafa principal.
Hay en el trabajo de Lightfoot-León (ya una marca dentro de la danza) una clara pertenencia a esa «escuela» de Kylian, lo que no quita a sus propuestas personalidad y carisma . Se ha visto en el programa presentado en el Teatro Real, compuesto por dos piezas, « Sehnsucht » («Anhelo», en alemán) y « Schmetterling » («Mariposa», en el mismo idioma), engarzadas de una manera desconcertante.
Las dos obras están teñidas, como reconocía en estas páginas la propia Sol León hace unos días, por la nostalgia y la melancolía . El paso del tiempo, la ausencia, la lejanía, la soledad, son conceptos que planean por ambos trabajos, de perfumes muy diferentes. En «Sehnsucht», una claustrofóbica habitación que gira sobre su eje aparece como un elemento magnético, casi hipnótico, para el espectador, y en el referente de la acción. Es un trabajo potente , que adquiere mayor relieve cuando aparece el conjunto y que encuentra en la expresiva música de Beethoven una espléndida pauta para los movimientos.
La música de The Magnetic Fields marca también el desarrollo de «Schmetterling»; las canciones indies de la banda estadounidense son al tiempo una inspiración y un corsé para la coreografía, a veces repetitiva, que alcanza verdadero vuelo y respiración cuando se mece por la minimalista música de Max Richter .
El trabajo de los bailarines en las dos obras es tan formidable y brillante como entregado y comprometido, con mención especial para Arah Hasler y Medhi Walerski .
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