crítica de teatro

«El discurso del Rey»: mayúsculas y minúsculas

El Teatro Español presenta la obra de David Seidler, basada en su propio guión para la premiada película

«El discurso del Rey»: mayúsculas y minúsculas teatro español

juan ignacio garcía garzón

El gran éxito internacional de la película « El discurso del Rey » («The King’s Speech». Tom Hooper , 2010), que consiguió cuatro Oscar, entre ellos el de mejor guión original, indujo a su guionista, David Seidler (Londres, 1937), a escribir una adaptación para los escenarios. Sobre ella ha trabajado Emilio Hernández para culminar una versión ajustada y precisa que funciona muy bien en castellano y cuya puesta en escena, firmada por Magüi Mira , sabe sacar excelente partido de las posibilidades escénicas del texto con mínimos elementos: unas sillas y unos fondos proyectados de motivos textiles bastan para llevar la acción a los diferentes ambientes donde se desarrolla, fundamentalmente unas dependencias palaciegas y el destartalado piso-consulta de un terapeuta de la voz.

A partir de unos hechos reales, el argumento, como recordarán quienes hayan visto la película, trata de los esfuerzos del segundo hijo del Rey Jorge V de Inglaterra –que subiría al trono como Jorge VI tras la abdicación de su hermano Eduardo VIII – para superar una intensa tartamudez que convertía en un calvario la tarea de pronunciar discursos. La tozudez de su esposa, Isabel Bowes-Lyon , que le llevó a ponerse en manos de Lionel Logue , un logopeda nada convencional, fue clave para solucionar el problema. La historia con minúsculas del príncipe tartamudo, el amor incondicional de su esposa y su relación con Logue, que con el tiempo se convertiría en amistad, transcurre así sobre el fondo de la Historia con mayúsculas: la muerte de Jorge V, la renuncia de Eduardo VIII para poder casarse con su gran amor, la divorciada estadounidense Wallis Simpson (estupendos Gabriel Garbisu y Lola Marceli), el estallido de la Segunda Guerra Mundial...

Mira maneja todos estos elementos con sabia mano y les otorga un conseguido ritmo teatral, resolviendo las transiciones con pequeñas coreografías que realiza todo el reparto utilizando a veces las sillas en esas puntuales y certeras liturgias escénicas. Un montaje muy entretenido, que es, al cabo, el relato de una superación personal, en el que si todos los actores están bien, Adrián Lastra , como el príncipe llamado familiarmente Bertie, realiza una composición admirable, tanto en la apariencia física (hay fotos del Jorge VI real en las que el parecido es asombroso) como en la interpretativa. Frente a él, Roberto Álvarez dibuja un inteligente y humanísimo perfil de Lionel Logue, y Ana Villa está realmente adorable y divertida como la princesa Isabel. Muy eficaz Ángel Savín en su doble cometido de Jorge V y Churchill.

«El discurso del Rey»: mayúsculas y minúsculas

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación