Mario Gas se refugia en el «Invernadero» de Harold Pinter

El premio Nobel calificó la obra, una reflexión sobre el poder, como «una fantasía que se ha convertido con el tiempo en realidad»

Mario Gas se refugia en el «Invernadero» de Harold Pinter teatro de la abadía

julio bravo

Harold Pinter, revela Mario Gas, le ha perseguido siempre desde que, con 18 años, se encontrara con su obra «El portero». A pesar de ello, no había dirigido todavía al premio Nobel, del que asegura que «es una de las voces más importantes de la dramaturgia del siglo X». «Su universo teatral ha devenido un lugar personal, demoledor, crítico, disolvente e ideológico -sigue-. No hay un solo Pinter, sino múltiples, unidos por un máximo común denominador: el hombre urbano occidental, su alienación, su disolución, a la par que crece un poder occidental pretendidamente democrático y radicalmente aniquilador».

Gonzalo de Castro, Tristán Ulloa, Jorge Usón, Isabelle Stoffel, Carlos Martos, Javivi Gil Valle y Ricardo Moya componen el reparto de «Invernadero», cuya versión -«una joya», en palabras de Mario Gas- firma Eduardo Mendoza. El montaje, que se estrenó en Sevilla hace unas semanas, acaba de llegar al teatro de La Abadía, que presenta su segundo Pinter, tras la producción de «El portero» que se vio hace unos años. José Luis Gómez, su director, cree que «Invernadero» revela las vertientes espiritual y política de su autor, y que habla de «los mecanismos de represíón del poder».

La obra transcurre en «un establecimiento, una suerte de balneario aparentemente sanador, donde las personas que van a tratarse son sin embargo anuladas y aniquiladas», según cuenta Mario Gas . «Un establecimiento aparentemente afable al que no habría que acercarse». Harold Pinter escribió « Invernadero » en 1858, pero la dejó reposar en un cajón. Veinte años después la recuperó y la estrenó en Londres, dirigida por él mismo, en 1980. Él propio autor dijo que era «una fantasía que con el tiempo se ha convertido en realidad».

«Invernadero», sigue Mario Gas, «contiene muchos Pinter; un Pinter quietista, paradójico; un Pinter explosivo, que roza la comicidad; un Pinter oscuro... Pertenece al Pinter de las farsas negras, muy negras; dislocadas, trepidantes, ácidas y corrosivas, como un río subterráneo vitriólico que deshace y disuelve todo aquello que encuentra a su paso; y donde el poder, político y estatal en este caso, asoma su hocico maloliente y exterminador».

Con este montaje nace Teatro del Invernadero , que forman Mario Gas, Gonzalo de Castro, Tristán Ulloa y Paco Pena. Invernadero, entre otras acepciones, es un «recinto en el que se mantienen constantes la temperatura, la humedad y otros factores ambientales para favorecer el cultivo de las plantas», y también «un sitio para pasar el invierno». «Pues bien -dicen los cuatro-, queremos pasar este invierno ambiental que nos rodea manteniendo constantes nuestra temperatura y nuestra humedad, para favorecer el cultivo del teatro y del compromiso estético y vital y respondiendo al mundo que nos rodea. Con calor, alegría y solidaridad, ser útiles a nuestro tiempo y a nosotros mismos. Sin partidismos, pero sí proclamando que el teatro y la vida son partícipes del devenir político de una sociedad».

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