«El pimiento Verdi»: un duelo de taberna entre dos genios de la ópera
Los teatros del Canal reponen el espectáculo de Albert Boadella dedicado a Giuseppe Verdi y Richard Wagner
En el mundo de la ópera, como en el fútbol o los toros, también hay partidarios . Son célebres los rifirrafes en la Scala de Milán en los años sesenta entre los fanáticos de Maria Callas y los Renata Tebaldi . A Albert Boadella , uno de los grandes coñones de nuestro teatro, se le ocurrió en su día celebrar los centenarios de Giuseppe Verdi y Richard Wagner (los dos nacieron en 1813) con un «duelo musical» entre «dos de los mayores genios de la historia de la ópera», según explica el director.
« El pimiento Verdi » vuelve hoy a los teatros del Canal , donde se estrenó hace dos años. «La novedad es que se ha retirado parte de la grada y se han situado unas mesas, en la que se servirán copas y canapés -cuenta Boadella-. Lo demás está prácticamente igual». Cuenta el director catalán para estas representaciones con un elenco compuesto por las sopranos María Rey-Joly y Elvia Sánchez , los tenores José Manuel Zapata y Antoni Comas , el barítono Luis Álvarez , el pianista Borja Mariño y el actor Jesús Agelet . Como no podía ser de otro modo, de la comida se encarga el restaurante madrileño « El pimiento verde », un establecimiento conocido, además de por su gastronomía (especialmente sus alcachofas), por sus sobremesas musicales, y en el que Boadella encontró inspiración para el título de su función. Está previsto que «El pimiento Verdi» se haga en Buenos Aires en septiembre, «aunque con un equipo argentino», aclara el director.
Una taberna en la que su propietario, aficionado a Verdi y a la zarzuela, es el escenario de «El pimiento Verdi». Se celebra allí una cena para celebraro el segundo centenario del compositor italiano, y para ello el dueño ha invitado a un tenor y una soprano, clientes asiduos del local, para que interpreten fragmentos de sus óperas. El recital no será del gusto de todos los clientes; otros cantantes y partidarios presentes e la cena reniegan de la música de Verdi y reivindican el genio de Richard Wagner. La pelea (que se enciende cuando se aborda la cuestión del antisemitismo del músico alemán) sirve a Boadella de excusa para enhebrar una comedia trufada con fragmentos de óperas verdianas y wagnerianas como « La traviata», «Rigoletto», «Aida», «Tristán e Isolda», «Sigfrido» y «Parsifal» , entre otras.
Verdiano declarado, Albert Boadella asegura que «yo creo conocer a la gente por sus gustos artísticos . Me entiendo mejor con los verdianos que con los wagnerianos, que son gente, en general, con un punto de petulancia. Hay un lado más mediterráneo en los verdianos. Verdi, además, tiene la medida del público, cosa que Wagner no tiene. Él juega con el síndrome de Estocolmo de los espectadores -bromea-; después de cinco horas de ópera, te gusta a la fuerza». «Yo, como vecino, hubiese preferido a Verdi -continúa-. A pesar de sus escritos antisemitas , es absurdo responsabilizar a Wagner del holocausto; pero estoy convencido de que, si hubiera vivido en esa época, habría sido nazi».
Califica Boadella al compositor alemán como «un grandísimo músico... a ratos». Ya más en serio, dice que «hablamos de dos genios , y “El pimiento Verdi” reconoce esta genialidad de los dos, con la creación final de una « ópera de consenso ».