Sylvie Guillem anuncia su retirada
La bailarina francesa, de 49 años, ofrecerá una gira de despedida que concluirá en Londres en mayo de 2015
Sylvie Guillem, una de las bailarinas más importantes en las últimas décadas, ha anunciado su retirada . La última función de la artista, que se subió a escena por primera vez hace treinta y nueve años en una función con la escuela del Ballet de la Ópera de París, será en Tokio, en diciembre de 2015. Antes de retirarse, Sylvie Guillem, que cumplirá 50 años el próximo 26 de febrero, va a ofrecer antes una gira internacional de despedida, «Life in Progress», en la que bailará coreografías de Akram Khan, Mats Ek y Russell Maliphant.
« He amado cada momento en estos 39 años y todavía sigo amándolo de la misma manera -ha dicho la bailarina-. ¿Por qué paro? Simplemente porque quiero terminar mientras todavía soy feliz haciendo lo que hago, con orgullo y pasión».
Sylvie Guillem , nacida en París el 25 de febrero de 1965 , entró a los once años en la escuela del Ballet de la Ópera de París , procedente del mundo de la gimnasia; en 1981 entró en el cuerpo de baile de la compañía y en diciembre de 1984, después de una representación de «El lago de los cisnes», Rudolf Nureyev la convirtió en « Étoile » (la máxima categoría artística del conjunto) con tan solo 19 años.
Bailó entonces los principales papeles del repertorio clásico y numerosos ballets contemporáneos, como « In the middle somewhat elevated », de William Forsythe , o « El martirio de San Sebastián », de Bob Wilson . En 2007, la bailarina recordaba aquella época: «Cuando Nureyev llegó a la Ópera de París, ésta era una compañía anclada en lo tradicional, sin ganas de arriesgar. Él abrió las puertas a nuevos coreógrafos, le dio pasión al Ballet y un gran impulso. Sabía que tenía bailarines maravillosos y que debía aprovecharlos. Yo pude trabajar el repertorio clásico y conocer el estilo de los nuevos creadores, y eso me permitió crecer y desarrollarme en ambos mundos».
En 1988 dejó la Ópera de París y se unió al Royal Ballet de Londres como primera bailarina invitada. Con esta compañía bailó, en la primera temporada del reinaugurado Teatro Real, «La bella durmiente». Paralelamente a su estancia en Londres, trabajó con las principales compañías de todo el mundo: el Mariinsky de San Petersburgo, el American Ballet Theatre en Nueva York, el Tokyo Ballet, el Australian Ballet o el Ballet de La Scala de Milán. Coreógrafos como Maurice Béjart , Mats Ek o William Forsythe crearon para ella.
Sylvie Guillem es una mujer de carácter, e incluso se le llegó a poner el sobrenombre de « Mademoiselle No ». Con fama de caprichosa y de diva, es muy celosa de su imagen: controla todas las fotografías que se publican de ella. También rompió moldes sobre el escenario con su particular manera de entender tanto el ballet como la danza contemporánea. «Hoy en día hay una preocupación excesiva por la técnica, y se olvida que en el ballet es importante la expresión . Cuando se cuenta una historia, tan necesario es hacer bien los pasos como proyectar emociones y vida. Y eso no lo enseñan muchas veces los maestros».
En 2004 centró su carrera en la danza contemporánea, y se asoció al Sadler's Wells londinense. Ha trabajado con coreógrafos como Akram Khan o Russell Maliphant , con quien se presentó en el Teatro Real en 2007, en la última actuación de la bailarina en Madrid. «No soy un mero instrumento -dijo entonces-; tampoco soy la coreógrafa, y elegí trabajar con Russell porque me gusta su estilo, así que no sería lógico que le dijera lo que tiene o no que hacer conmigo. Nuestro trabajo es un intercambio de ideas, aprendo de él como él aprende de mí, y espero servirle de inspiración».
En la capital ha actuado en varias ocasiones: la primera en diciembre de 1989 , en el actual teatro Fernán-Gómez, donde brindó una mágica actuación en la coreografía de Maurice Béjart « La luna » y en el paso a dos de « La bella durmiente ». Con una producción de este ballet se presentó en el Teatro Real en noviembre de 1997. En aquella ocasión ya hablaba de su retirada: «Me retiraré dentro de no mucho, y seguramente mi vida transcurra lejos de los escenarios. No me veo dando clases, y hay muchísimas cosas que me interesan. No se acaba el mundo cuando se deja el baile. La disciplina y la concentración que exige la danza hace que muchas veces no te desarrolles o crezcas como persona; pero no es mi caso, y tengo mucho que hacer».
Posteriormente, actuó en una gala organizada en mayo de 2003 por el Ayuntamiento de Madrid, donde bailó un fragmento de «In the middle, somewhat elevated» y « Racine cubique », de Maurice Béjart; y en 2007, cuando ofreció en el mismo escenario « Push », junto a Russell Maliphant.