CRÍTICA DE TEATRO

«Desde Berlín»: Desgarradura

Nathalie Poza y Pablo Derqui interpretan, dirigidos por Andrés Lima, este tributo a Lou Reed

«Desde Berlín»: Desgarradura TEATRO ESPAÑOL

JUAN IGNACIO GARCÍA GARZÓN

Andrés Lima ha cocinado un enorme musical de bolsillo que subtitula «Tributo a Lou Reed», pues su base es el disco «Berlín», publicado en 1973, cuando la Velvet Underground se había disuelto y el artista neoyorquino, fallecido en 2013, volaba en solitario. Con las canciones de ese elepé, Juan Villoro, Juan Cavestany y Pau Miró escribieron diversas escenas a petición de Lima, que luego este enhebró en una dramaturgia potente y desgarrada, pura poesía de amor en carne viva interpretada por dos actores en estado de gracia.

Más que ilustraciones de palabras para unos pasajes musicales, «Desde Berlín» es la perfecta materialización de la atmósfera sonámbula de ese gran disco en una formidable pieza. En poco más de una hora, se desarrolla la historia de una pareja evocada por el superviviente, del paraíso inicial al descenso a los infiernos: el encuentro de Jim y Caroline, los dubonnet con hielo que caldean los encuentros, el hermoso combate amoroso a cuerpo limpio a la luz de las velas mientras suena «Perfect Day», el frío que se cuela por el cristal roto de la ventana, la violencia, la heroína, la desesperación, la muerte.

Cantados a veces por los actores , suenan los temas, integrados como insustituible elemento dramático. «Berlín», «Lady Day», «Heroin», «Vanishing Act» (coherentemente incluido aunque pertenezca a «The Raven»), «Oh, Jim», «The Kids», la estremecedora «The Bed» cuando muere Caroline y es engullida literalmente por la cama en una escena impresionante... y el broche elegíaco de «Sad Song». Estupenda la música adicional de Jaume Manresa, los vídeos de Miquel Àngel Raió, la escenografía en ángulo de Beatriz San Juan… Todo se confabula en un magistral trabajo de puesta en escena, profundo y concentrado. La Caroline de Nathalie Poza es una luciérnaga que se zambulle en la oscuridad, carnal, quebradiza y doliente, y el Jim de Pablo Derqui es un ventarrón sensible y desnortado, un niño feroz atrapado en paranoias destructivas. No se pierdan este espectáculo.

«Desde Berlín»: Desgarradura

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