Sara Baras: «Yo bailo lo que me echen, hasta un referéndum»
La artista gaditana vuelve esta semana a Madrid para cerrar, tras más de dos años, la gira de su espectáculo «La Pepa»
«¿Cómo se baila políticamente?, se preguntaba hace años Sara Baras tras una indicación de Lluís Pasqual durante el montaje de « Mariana Pineda ». Nadie supo responderle. No podía suponer la bailaora gaditana que, tiempo después, volvería a enfrentarse con esta cuestión, en el personaje más singular que le ha tocado encarnar: la Constitución de Cádiz de 1812 . El 19 de marzo de 2012, la artista estrenó en su ciudad natal « La Pepa », un espectáculo al que va a poner fin en el teatro Compac Gran Vía de Madrid, donde estará desde este miércoles hasta el 23 de noviembre. Entre ambas fechas, una gira con más de doscientas funciones, que han visto unos doscientos cincuenta mil espectadores. «Ha sido una gira muy larga, centrada sobre todo en España -dice Sara-. Hemos paseado a “La Pepa” en circunstancias muy distintas -teatros, auditorios al aire libre, festivales de verano...»
De momento, Sara Baras va a guardar a La Pepa» en el baúl, junto a Juana la Loca, Mariana Pineda o Medusa, el más reciente de sus personajes, que estrenó en julio en Mérida. «Solo iba a ser para unas pocas plazas en Verano, pero ha sido tanto su éxito que la recuperaremos en 2015». Antes, en diciembre, estrenará en el teatro de los Campos Elíseos de París -donde es habitual que pase las Navidades y Fín de Año- su nuevo trabajo: «Voces». «Será un espectáculo basado en las voces flamencas que más han influido en mi carrera y en mi baile».
Pero, dice la bailaora, «creo que nunca voy a colgar del todo a La Pepa; tiene un componente muy personal: «por un lado mi tierra; la energía del Sur, de Cádiz, su naturalidad, están muy presentes en la forma de bailar. Fue además mi primer espectáculo después de ser madre, y eso, como es lógico, me cambió completamente. Esa alegría y esa energía positiva que transmite me han enriquecido mucho personalmente, y no lo voy a soltar nunca».
No es la de Cádiz, pero la Constitución española está ahora en boca de todos. ¿Se atrevería Sara Baras a bailarla, como hace con la de 1812? «Yo bailo lo que me echen, lo bailo todo -responde segura-, hasta un referéndum; si bailáramos más, se verían las cosas de otra manera. La danza es de las cosas más bonitas que hay en la vida. No me refiero al baile, digamos, académico o profesional. Hay que dejarse llevar por lo que uno escucha, siente, y poner a tu cuerpo a moverse, que es algo muy sano. Así que sí, yo lo bailaría todo; hay cosas, además, que las diría mejor bailando».
La maternidad, reconoce Sara Baras, ha sido un punto y aparte tanto en su vida como en su arte. «Soy otra persona, mi madurez es diferente. Siempre me he considerado una mujer valiente, y por eso creé una compañía propia cuando no sabía ni como hacerlo, por ejemplo. Pero la madurez nos llega a cada uno en un momento determinado. Yo no dejo ahora nada al azar ni a la inspiración. Siempre he trabajado mucho, pero ahora más. Antes podía llegar a una actuación apenas sin ensayo y arriesgarme a que saliera o no, y cuando era que no irme llorando. Ahora he cambiado. Si algo me sale, que sea porque me paso muchas horas en el estudio, frente al espejo, trabajando. Cuido mucho más mi alimentación, trato de dormir lo suficiente. Y estar preparada para que cuando tenga que llegar ese momento que llaman duende te pille con todas las de la ley. Que los momentos bonitos, que el arte, nazcan del sudor y los años de trabajo».
Y ahora, concluye la artista, «disfruto del baile, lo saboreo, de otra manera; me sigo dando una paliza cada vez que salgo a un escenario, pero siento más, y las valoro más, la música, el silencio, el teatro... La magia».