concert music festival
El 'Sol de México' brilla en la noche de Sancti Petri
Luis Miguel cantó por primera vez en la provincia de Cádiz, lugar donde creció antes de irse a México
Luis Miguel se estrenó en Cádiz, en su casa. Quien le esperaba en ella, le tenía preparada la mesa y la cena. Miles de personas esperaban en la pista de Concert Music Festival, llena a reventar, la entrada del cantante puertorriqueño, en la parada en Chiclana de su gira 'Sol de México'. Se apagó la música y apareció junto a su banda.
De primer plato, 'Sera que no me amas'. «No culpes a la noche; No culpes a la playa; No culpes a la lluvia; Será que no me amas», cantaba Luis Miguel, que se presentó, como no podía ser de otra manera, con su correspondiente traje de chaqueta. El concierto fue una máquina del tiempo: mirabas al escenario y parecía que vivías veinte años atrás. La puesta en escena, la realización de las pantallas, las coristas... pero, sobre todo, él. Su voz. Sus gestos. Luis Miguel.
El público iluminó el concierto. No solo por acompañar en cada tema a Luis Miguel, sino por dar color con pulseras que se encendían de forma sincronizada. La estampa era espectacular con cada tema. «Hasta que me olvides». Cantaba Luis Miguel. Aunque no le hizo falta decirlo. Nadie de los presentes iba a olvidar una de las noches del verano. Y tal vez de sus vidas.
La pantalla se convirtió en un cielo lleno de estrellas. En una oscuridad absoluta, se iluminaron las pulseras de los espectadores y se convirtieron cada una en una estrella más de la noche chiclanera. La atmósfera era espectacular pero le faltaba una pieza al puzle. Un foco iluminó al 'Sol de México' alrededor del cual orbitan el resto de los astros. «No sé tú; Pero yo no dejo de pensar; Ni un minuto me logro despojar; De tus besos, tus abrazos; De lo bien que la pasamos la otra vez».
Los astros del cielo dieron paso a los de la música. La pantalla del escenario recordó al Rey del Pop, Michael Jackson, cuando sonaba 'Sonríe' y a Frank Sinatra en 'Come fly with me'. Los aplausos con cada final de canción fueron un verdadero estruendo. Un sinónimo de dar las gracias. Luis Miguel no paró ni a beber agua. Tema, tras tema, tras tema. Ni siquiera se dirigió al público entre canción y canción. No le hizo falta. Habló su música y su talento por él.
Uno de los momentos más especiales fue la entrada del Mariachi Vargas de tecalitlán. Y es que México es parte de su vida y no podía faltar. A los 11 años se mudó con su padre a México y fue en 1991 cuando el expresidente. Carlos Salinas de Gortari le otorga la nacionalidad mexicana. El final de 'El son de la negra' fue espectacular: los cañones de serpentinas dibujaron la bandera de México en en las primeras filas de Concert Music Festival.
El final ya se acercaba y venía con sorpresa. Terminaba 'Te propongo esta noche' cuando una decena de pelotas hinchables gigantes empezaron a botar por las palmas del público. Incluso Luis Miguel se atrevió a patear un par de ellas que se colaron en el escenario.
El postre a una velada exquisita lo puso con 'Cuando calienta el sol'. «Cuando calienta el sol aquí en la playa; Siento tu cuerpo vibrar cerca de mí». Fue la última gran explosión de aplausos, el broche a una noche inolvidable. Y es que la fue su casa siempre le esperará con los brazos abiertos.