Universidad de Sevilla

La Universidad de Sevilla rememora la genial personalidad de Rafael de Cózar

Arturo Pérez-Reverte, Juan Eslava Galán y Jesús Vigorra recuerdan en el Cicus al escritor fallecido hace siete años tratando de salvar su biblioteca

Juan Eslava Galán, Arturo Pérez-Reverte y Jesús Vigorra, en el homenaje a Rafael de Cózar Raúl Doblado

Jesús Morillo

Libre, con una personalidad luminosa, escritor, investigador, pintor, profesor respetado y querido, divertido... Todos estos calificativos ayudan a delimitar, aunque ni mucho menos del todo, la personalidad de Rafael de Cózar , que f alleció trágicamente hace siete años, a los 63 años de edad, cuando trataba de salvar su biblioteca de un incendio que se había declarado en su casa de Bormujos .

Su muerte, un 13 de diciembre de 2014, dejó no sólo viuda a Natalia Turrión y huérfana a su hija, sino que provocó un profundo vacío en la vida cultural y académica de Sevilla, donde era uno de los profesores de mayor prestigio de la Hispalense, dejando inconclusa, además, una obra literaria con querencia hacia la poesía de vanguardia .

«Uno de los peores golpes que nos ha dado la vida ha sido su muerte», afirmaba ayer el escritor Juan Eslava Galán , buen amigo de Rafael de Cózar, al que los íntimos llamaban Fito, como lo hacía también el periodista Jesús Vigorra , quien rememora cómo «se iluminaba el estudio» cuando acudía a su programa de Canal Sur; y también Arturo Pérez-Reverte , quien lo llegó a incluir como uno de los personajes de su saga del Capitán Alatriste , en la figura de un actor, marido de María de Castro, la amante del protagonista. «No hay ni un solo día que venga a Sevilla que no piense en él. Era una persona luminosa», recuerda el escritor y miembro de la Real Academia Española .

Estos tres buenos amigos participaron ayer en un homenaje a Rafael de Cózar titulado a partir de una de su actrices favoritas: ‘El hombre que amó a Sharon Stone’, que forma parte de las actividades paralelas de ‘Imago Mundi’ , la gran exposición sobre el libro como vehículo de conocimiento que puede verse estos días en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus).

«No hay ni un solo día que venga a Sevilla que no me acuerde de él. Nos dejó con la sonrisa en los labios y la ternura en el corazón», señala Pérez-Reverte

La muestra tiene un recuerdo al que fuera uno de sus profesores, además de premiado novelista y poeta, no sólo en esta conferencia que se celebró ayer en el Cicus, sino también en el propio recorrido expositivo, donde en una de las vitrinas pueden verse algunos restos de libros y cartas mordidos por el fuego . Estos documentos se salvaron de la biblioteca de la casa de Bormujos que Rafael de Cózar compró precisamente con la intención de poder atesorar sus preciados e incontables volúmenes.

«Estremecimiento»

Jesús Vigorra, que ya había visitado la exposición antes del acto de ayer, reconoce que la visión de ese legado le produjo un cierto «escalofrío y estremecimiento», pero quiso agradecer la «generosidad» de Natalia Turrión, «donando a la Universidad de Sevilla lo que quedó de su biblioteca», que no fue mucho, fundamentalmente, «cartas suyas y las recibidas por él, porque la mayor parte de sus libros se destruyó en el fuego».

«Fito es la persona más libre que he conocido, sin ataduras ningunas. Uno de los peores golpes de la vida ha sido su muerte», afirma Eslava Galán

Esa lucha con las llamas, un acto que parece confirmar aquello de que la única patria del escritor son sus libros, impresionó mucho a Arturo Pérez-Reverte, quien considera este hecho una muestra del particular carácter el escritor fallecido. «Murió salvando su biblioteca y eso es muy Fito. Esa actitud de pelear contra el fuego me conmueve. Era un tío singular, alguien que siempre encontraba algún motivo para reír. Nos ha dejado un gran agujero», señala el autor de ‘El italiano’ .

El académico asegura que «me acuerdo de él cada vez que vengo a Sevilla , una ciudad que me gusta tanto, pero que a veces está tan metida en sí misma, ombliguista y onanista. A esa Sevilla Fito le daba dignidad y categoría . Para mí venir a Sevilla era venir a verlo. No hay ni un solo día que venga que no me acuerde de él».

«Hubiera sido el profesor que siempre quise tener. En la Universidad se veía el empeño y la paciencia que tenía con sus alumnos», mantiene Jesús Vigorra

«Lo echamos muchísimo de menos», añade Juan Eslava Galán. «Cada vez que nos juntamos Arturo y yo el recuerdo de Fito nos sobrevuela siempre. Esa alegría contagiosa que tenía».

Libertad insobornable

El autor de ‘Enciclopedia nazi contada para escépticos’ , que conoció a Rafael de Cózar en actos librescos y culturales nada más llegar a Sevilla hace cuarenta años, lo describe como « la persona más libre que he conocido , sin ataduras ningunas. La única atadura que tenía eran el afecto, la amistad y el amor con las distintas mujeres con las que estuvo, la última de ellas y la mejor, Natalia Turrión».

El periodista Jesús Vigorra trabó amistad con él un poco después, en los últimos años de su vida, aunque reconoce que el autor de ‘Ojos de uva’ —su poemario esencial—, « hubiera sido el profesor que siempre quise tener . Cuando lo vi en la Universidad, en el departamento de Literatura que compartía con Rogelio Reyes Cano , le veía la paciencia que tenía con los alumnos y su empeño. Rafael no era un profesor bizcochable, pero sus alumnos y exalumnos lo adoraban.Por la calle siempre lo paraban para saludarlo y hablar con él».

La Universidad de Sevilla, en la que dio clase, recordaba ayer de la mano de estos tres amigos a un escritor que, como manifestó Arturo Pérez-Reverte, «se fue dejándonos la sonrisa en los labios y la ternura en el corazón ».

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