Flamenco y música atigua
«Somos dos curiosos que se han juntado para compartir música»
Flamenco y música antigua se unen en «Diálogos de viejos y nuevos sones», de Rocío Márquez y Fahmi Alqhai
No busquen la etiqueta porque no la tiene. Rocío Márquez y Fahmi Alqhai han creado algo nuevo partiendo de lo ancestral: la curiosidad del ser humano. El flamenc o , lo arcaico que se asoma por un prisma diferente y se torna de vanguardia y la música antigua aparecen en estos «Diálogos de viejos y nuevos sones». Una catarsis melómana que no deja indiferente y que la cantaora onubense y el violagambista sevillano nos despiezan en estas líneas. La ciudad se descubre a nuestros pies y en esta terraza solo hay sitio para charlar sobre acordes, melodías y emociones que se escapan de los pentagramas.
¿Cuál es la semilla de este álbum?
Rocío Márquez (RM): Fahmi y yo éramos vecinos y siempre que nos cruzábamos decíamos que teníamos que hacer algo juntos. Lo teníamos sobre la mesa y en La Bienal de 2016, Cristóbal Ortega, entonces director, nos dio la oportunidad de hacerlo. Así lo materializamos.
¿Cómo fueron los primeros encuentros?
RM: Ha sido un acierto disponer de tanto tiempo. Durante nueve meses preparamos el estreno del espectáculo. Ahí fuimos estudiando, haciendo lluvia de ideas, proponiendo repertorio y ensayando. Se sumaron también los músicos Agustín Diassera y Rami Alqhai. El espectáculo evolucionó mucho y lo que hemos grabado en el estudio, también.
Rocío ha definido la pureza como coherencia y honestidad con uno mismo. Desde esta perspectiva, ¿estamos ante un disco de música pura?
RM: Normalmente, relacionamos pureza y tradición. Ahí es donde surge el conflicto, porque son dos cosas distintas. No todo lo puro tiene que ser tradicional ni todo lo tradicional es puro. En este proyecto, siento que he sido muy honesta y coherente conmigo misma, que no es fácil. He hecho lo que he sentido y, entendiendo bien esa definición, sí estaríamos ante música pura, aunque este término es complejo y habrá quien lo perciba de otra manera.
¿Qué importancia tienen las letras?
RM: A mí me interesaba mucho que las letras reflejaran bien esos viajes. Diálogos y viajes en el tiempo y en los lugares. Al final, estas letras transmiten conexiones entre distintas zonas y épocas. Hemos traído a Santa Teresa, Manuel Álvarez Maciste o algunas creaciones nuestras a las que le añadimos matices de antaño. También parecen actuales. Y eso es lo que queríamos transmitir: viejos y nuevos sones.
Graban una bambera y los «Angelitos negros» de Machín, artista a quien La Niña de los Peines admiraba. ¿Es esto un homenaje?
RM: Antonio Machín se casó por segunda vez en San Luis de los Franceses, donde presentamos el espectáculo. Ahora que lo dices, todavía es más interesante ese homenaje casual a Pastora, que escuchaba en otra época músicas muy distintas. Y era genial.
¿Es necesario mirar a otros géneros musicales?
Fahmi Alqhai (FA): Es importante y también inevitable. Negarnos a una realidad que es la globalización no tiene sentido. Todos tenemos acceso en el móvil a cualquier música. Es un discurso poco romántico, pero es la realidad. Admiramos esa nostalgia, pero hoy día todo está conectado. También es interesante y se aprende mucho de lo que otros hacen en otras músicas. Es imposible pensar que lo de fuera no te toca.
¿La música antigua está viva?
FA: Sí, lo está. Hay artistas que están haciendo cosas buenas. Unos son más conservadores y otros, como yo, más curiosos, buscamos formas nuevas. Hay buenos y malos en los dos lados. Y, de hecho, es enriquecedor que convivan unos y otros. Es algo que pasa en todas las artes: tradición, vanguardia, proteccionismo, disrupción...
¿Qué puntos en común habéis encontrado entre esta y el flamenco?
RM: Ambos mundos beben mucho de lo tradicional y lo popular. Eso está bastante presente. También hemos tenido una libertad enorme. Nada es hermético y la espontaneidad está durante todo el proceso creativo y cada vez que nos subimos al escenario. Por eso decimos que la música no está en el pentagrama, sale de él. Es natural. Y ese es el principal punto en común.
¿Por qué hay que escuchar este disco?
FA: Es un trabajo lleno de detalles, que se ha cuajado con estudio pero, a la vez, de una forma natural. Somos dos curiosos que se han juntado para compartir música. Nos hemos metido cada uno en el mundo del otro con cariño y respeto. Nos hemos abierto el corazón a ver lo que encontrábamos. Y eso está ahí. A mí me acusan de que siempre acabo hablando de amor en las entrevistas… Que me perdonen. Pero es que este disco está lleno de esa palabra.
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