«Sólo son mujeres» o la historia de las mujeres invisibles en el Teatro Central

No hay listas, ni nombres ni número siquiera. No se sabe cuántas mujeres fueron fusiladas o presas durante la guerra y post-guerra civil . No hay cifras porque eran invisibles. No había presas políticas, al contrario de los hombres, y las clasificaban como delincuentes o prostitutas. Se las encarcelaba no por lo que hubieran hecho, sino por ser hermanas de, mujeres de, hijas de..., son las mujeres invisibles.

Carme Portaceli , la nueva directora del teatro público más antiguo de nuestro país, El Español de Madrid , es quien ha explicado el punto de partida de la obra «Sólo son mujeres» que hoy y mañana se presenta bajo su dirección en el teatro Central, y en la que intervienen Miriam Iscla, Sol Picó y Maika Makovski . «Es una obra necesaria porque el teatro tiene que servir para la reflexión», explicó Manuel Llanes, director artístico del coliseo.

«Sólo son mujeres» parte de cinco relatos de otras tantas mujeres. «y al final nos centramos en tres, Matilde Landa, Tomasa Cuevas y Amparo Barallón con historias a cual más dramática». Fue precisamente Tomasa Cuevas, una mujer analfabeta que consiguió escapar de prisión, quien a su vuelta grabó numerosos testimonios de mujeres que habían estado presas. «Es un libro fundamental, porque son mujeres que no existitirían si no es por ella». Video, danza, música, son elementos vitales en esta obra coral , «en la que quiero que hablen las mujeres porque nunca han tenido voz. Ellas lucharon por nuestra libertad y su recuerdo se quedó en el limbo porque la historia la siguen escribiendo los hombres», afirmó Carme Portaceli.

Una sola actriz para cinco voces, Miriam Iscla, con la música y canciones de Maika Makovski y el baile de Sol Picó, «la obra tiene una poesía que llega al corazón».