El sentido del espectáculo del músico Diego Villegas

La música de Diego Villegas es el brillo de un saxo donde se refracta la luz. Todos esos colores que de pronto se cuajan en el metal. Los géneros fundidos en la fiesta, en hermandad, para contar lo mismo varias veces desde distintos prismas y lenguajes. ‘Cinco’, un proyecto cuyo título hace alusión a las cinco músicas que encuentra con el flamenco (clásica, oriental, latinoamericana, del Medio Oriente y afroamericana) y los cinco instrumentos que emplea para ello ( saxo tenor, saxo soprano, armónica, flauta y clarinete ), es su segundo trabajo discográfico. El sanluqueño, un artista que se diferencia por su sentido del espectáculo, lo presentó con éxito en la pasada Bienal. Ahora nos lo entrega en formato de álbum con ocho composiciones propias que se envuelven en el sonido de la Electro Acustic Band .

No se dirige a las minorías cuando ata los vientos por alegrías o por rumbas, en la soleá, las guajiras… Su melodía, que sigue el curso de la guitarra, el de la voz y a veces, también, el suyo propio, tiene afán de conquista. Con gran capacidad técnica, quiere habitar en los oídos y la memoria de cualquiera con estribillos y fraseos aparentemente sencillos . Pegadizos, al menos. Busca un pliegue en la oreja del que escucha, un recoveco. Se gusta, por encima de todo, al gustar y permanecer. Trata de causar sensibilidad en los ásperos y atraer a los convencidos. El resultado es un cajón de sastre donde, por eso de reunir tantas músicas del mundo con códigos dispares, pierde su sentido conceptual. Queda el éxtasis. La búsqueda entre lo deslavazado. Abarca algo cercano al todo y nos deja un poco de cada cosa sin ahondar en nada. Son piezas, ideas, destellos. Los mil nervios, referencias y aciertos de Villegas.