La segunda temporada de «La Peste» gana en acción en una Sevilla entre el esplendor y la miseria del Siglo de Oro
Los dos primeros episodios, proyectados en el Festival de Sevilla, reubican la trama en el mundo del hampa e introducen nuevos personajes
«La Peste» se reinventa en su segunda temporada . Esa es la sensación que deja en el espectador la visión de los dos primeros episodios que este martes se proyectaron en el Teatro Lope de Vega dentro del Festival de Sevilla.
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La serie de Atípica Producciones para Movistar+, que el viernes llega íntegra a la plataforma, mantiene su naturaleza de «thriller» ambientado en la Sevilla que fue capital del mundo cuando era puerto de América, pero la trama gira de la investigación de escabrosos crímenes religiosos a la lucha contra la Garduña , una sociedad secreta y criminal que ejerce de verdadero poder en la sombra, controlando actividades ilegales que van del juego a la prostitución.
Los creadores de la serie, los cineastas sevillanos Alberto Rodríguez y Rafael Cobos , han hablado en alguna entrevista que es como pasar de «El nombre de la Rosa» a «Los intocables de Eliot Ness» para referirse a cómo ha evolucionado la serie, que lleva en su segunda temporada el subtítulo de «La mano de la Garduña». Algo que se aprecia también en una puesta en escena más luminosa de la ciudad, más acorde con esta trama mafiosa, y, desde luego, un ritmo más trepidante y con mayores dosis acción.
Este giro se aprecia en estos dos primeros capítulos de 50 minutos de duración, los dos que ha dirigido Alberto Rodríguez -de los otros cuatro se encarga David Ulloa -, que sirven para volver a situar la acción y los personajes, además de introducir algunos nuevos que redundan en un desarrollo más coral, entre los que destacan el asistente de la ciudad Pontecorvo ( Francisco Aguado ) y el jefe del hampa Conrado ( Luis Callejo ), y dar mayor protagonismo a otros que aparecieron en la primera parte, como el Baeza que interpreta Jesús Carroza que adquiere un considerable peso en esta nueva entrega.
Mezcla de lujo y miseria
La acción que ha planteado el guión de Rafael Cobos recupera a Mateo Nuñez, el personaje interpretado por Pablo Molinero , quien regresa a Sevilla tras haber pasado unos años en América, en concreto en una inhóspita Tierra de Fuego , donde se repondrá del temperamento melancólico que lo aquejaba en la primera parte y que regresa a Sevilla a petición de Teresa Pinelo ( Ana López Arnáiz ) ante las amenazas de muerte que Valerio ( Sergio Castellanos ) está recibiendo de la Garduña por inmiscuirse en sus asuntos de prostitución.
Mateo vuelve a una Sevilla que vive su momento de máximo esplendor a principios del siglo XVII , que la serie muestra en todo lujo de detalles en los ricos palacios de la aristocracia como en el que vive el asistente Pontecorvo que se ha propuesto luchar contra la Garduña. Un lujo que, sin embargo, no oculta la situación de extrema miseria en la que vive la mayor parte de la población y que en la serie se muestra en los arrabales que rodean la ciudad, donde han sido expulsadas las prostitutas, o en las casas de juego.
Toda esta Sevilla del Siglo de Oro se presenta en una puesta en escena que mima la reconstrucción histórica -hay personajes como el del asistente inspirados en figuras reales como Puñonrostro- y que gracias a un cuidado trabajo de posproducción permite asomarse con todo realismo a esa época, como muestran, por ejemplo, las escenas de los galeones en el puerto o la panorámica nocturna de la ciudad a la llegada de la esposa del asistente.
Porque «La Peste» puede haber evolucionado en su segunda temporada a hacia un formato más coral y con mayor acción, pero mantiene intactas las señas de identidad que le valieron el aplauso de los espectadores: el rigor de la reconstrucción histórica, la apuesta por el «thriller» de época y hechuras de gran superproducción televisiva, que hacen de esta serie un g ran fresco de la Sevilla del XVII .