Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
La ROSS celebra el año nuevo en Sevilla con «bel canto» y valses vieneses
La ROSS retoma la temporada con John Axelrod en el podio y el debut en Sevilla de Teodora Gheorghiu

La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) ofrece su primera cita de este 2019 con su «Concierto de año nuevo» , un programa fuera de abono en el Teatro de la Maestranza que tiene como principal reclamo el debut en la ciudad de la cantante rumana Teodora Gheorghiu , una soprano de carrera ascendente, que forma parte de la compañía de la prestigiosa Ópera Estatal de Viena y que ha confeccionado un repertorio con paradas en los grandes compositores del «bel canto» .
«Muchos dirán yo estuve allí cuando Teodora debutó en Sevilla y ahora imploramos que vuelva», vaticinó sobre el debut de esta cantante el director artístico de la ROSS, John Axelrod , que regresa al podio para dirigir este concierto.
El programa cuenta con dos partes bien diferenciadas: una primera dedicada al «bel canto», con piezas de Rossini, Bellini y Donizetti ; y una segunda centrada en el vals vienés, que pretende descubrir, junto a sus obras más recordadas, algunos valses poco transitados de Johann Strauss II. El programa es también un doble homenaje tanto a la mujer como a Montserrat Caball é, la soprano fallecida el pasado año.
«Tengo una gran conexión con Montserrat Caballé, una de las grandes del “bel canto” junto a Maria Callas . Y la cantante que mejor ha cantado “Il Pirata” —una de cuyas arias ha rescatado para este concierto—. Es mi homenaje a Montserrat Caballé».
Junto a esta pieza de Bellini, Teodora Gheorghiu rescata, junto a momentos de «Lucrezia Borgia» , otras arias menos conocidas de este compositor, como una de «La strainiera» , cuyas últimas producciones se remontan a los años 70 y 80, recordó la soprano.
«El bel canto es lo más difícil de cantar, porque exige una fineza para cantar bellas melodías , pero imprimiéndoles una gran dosis de dramatismo . Es muy difícil alcanzar el equilibrio en la voz y eso es un desafío», añadió.
La ocasión será una oportunidad para ver a Axelrod dirigiendo ópera, pues «desgraciadamente el público sevillano no ha podido disfrutar de mi experiencia operística por motivos que todos saben», señaló un director que nunca ha visto colmado su deseo de dirigir una producción en el Maestranza. Sobre los valses de Strauss, Axelrod destacó que debe ser parte «del repertorio de una orquesta» .
Sobre este último aspecto abundó el concertino invitado de la ROSS, Eric Crambes, quien destacó que la orquesta sevillana interpretará en el plazo de un mes repertorio ruso ; barroco («El Mesías»); la próxima semana ballet; y la a siguiente, compositores del siglo XX como Richard Strauss y Stravinski .
De la «Sinfonía de los mil» al compromiso social
«Si hay alguien que no percibe el virtuosismo y la flexibilidad de la ROSS está ciego o sordo», añadió el director estadounidense y se remitió a las temporadas que ha programado, con una variedad de compositores, que exceden los habituales de la mayoría de orquestas españolas que suelen quedarse, dijo, en Mozart, Beethoven, Brahms y Chaikovski .
Además, en la próxima temoprada Axelrod quiere plantear nuevos desafíos a la ROSS, que interpretará por primera vez en su historia la «Octava» de Mahler , conocida como la «Sinfonía de los mil» , por el número de intérpretes en escena.
Nuevos retos para la orquesta para los que emplazó a los políticos para que la cultura deje de estar «en la cuerda floja» y ocupe el protagonismo en la ciudad , tanto en el caso de la ROSS, como en el del Maestranza o la Orquesta Barroca de Sevilla . La ciudad tiene que demostrar, añadió, «que no es una plataforma de paso, sino un lugar que puede atraer a los mejores artistas».
El «Concierto de Año Nuevo» tendrá, además, una dimensión social , destacó Axelrod, pues asistirán hoy a su ensayo general una serie de colectivos en riesgo de exclusión social , a través de la asociación CultureALL que preside el director estadounidense. «Ningún director de la ROSS ha hecho esto antes, y esto es una prueba de mi compromiso», señaló.
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