Festival de música

Rigoberta Bandini e Izal brillan con luz propia en la primera jornada del Interestelar Sevilla

El festival indie-rock, que congregó a 10.000 personas, celebró la primera de sus dos jornadas con un ambiente festivo repleto de emociones

En torno a 10.000 peronas se dieron cita anoche en la primera jornada del Interestelar Sevilla F.R.M.

Fernando Rodríguez Murube

Pese a que todavía hay quien piensa que la gente va a un festival de música solamente a divertirse, a pasar un buen rato, el de ayer es un claro ejemplo que rebate dicha corriente de opinión y demuestra con hechos que no es así. Es infinitamente mucho más que eso . Más si cabe después de una situación tan especial a nivel psicológico como la que hemos padecido por la pandemia. Un festival o un concierto es, en no poca ocasiones, un lugar de catarsis y de gestión de emociones. Este pasado viernes, en el primero de los dos días que integran el Festival Interestelar Sevilla , fueron llamativamente patentes ambos aspectos.

Las 10.000 personas presentes en la inmensa y preciosa pradera del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) bailaron y cantaron durante nueve horas (¡) con una sonrisa de oreja a oreja y mirándose, abrazándose entre ellas, diciéndose con la mirada que ahora sí –incluso los desconocidos–, que ahora esa pesadilla pandémica es cosa del pasado, que se empieza a ver una cegadora luz de ilusión y optimismo al final del túnel, y que, además de sobrevivir, ha llegado el momento de vivir.

La jornada inaugural estuvo marcada por un calor asfixiante –a las diez de la noche el mercurio aún alcanzaba los 34 grados –, pero ni mucho menos fue óbice para que los asistentes disfrutaran de un evento de estas dimensiones sin mascarillas y sin protocolo Covid, algo impensable hace apenas un año. No obstante, a las seis de la tarde, hora de apertura, la afluencia de público era mínima, más si cabe después de que el jueves se conociera que se caía del cartel La la love you (por problemas de salud de última hora), grupo previsto para las 19.55 y que fue sustituido por Siloé , quienes a su vez estaban anunciados a las 18.00. Por tanto, a primera hora los dos escenarios principales permanecían vacíos y solo había actividad en la carpa dedicada a la música electrónica, los djs y los grupos emergentes, donde sonaban con elegancia los acordes de 'El fantasma del Chava Jiménez', de Tigre y diamante , ante un reducido grupo que desafiaba los rigores de los 42 grados centígrados que ‘regalaba’ un tímido sol que se dejaba notar bajo un cielo encapotado.

Muerdo, Siloé –los vallisoletanos tuvieron el detalle de despedirse recordando a los ausentes La la love you bailando al ritmo de 'El fin del mundo'– y las Ginebras caldearon el ambiente conforme se iba llenando el CAAC . El primer plato fuerte de la jornada llegó de la mano de Rigoberta Bandini , el seudónimo bajo el que se agazapa Paula Ribó, la barcelonesa de 32 años cuyo apellido ficticio toma prestado de Arturo Bandini, personaje novelístico del escritor John Fante, y que lleva desde su infancia trabajando en diversos campos artísticos.

«Nunca habíamos tocado para tanta gente», reconocía emocionada» . Con un directo de lo más fiestero, este proyecto musical que en vivo funciona más como grupo que como solista – Belén Barenis , su prima, aporta muchísimo y caldea el ambiente sobremanera–, es, sin duda, uno de los mayores fenómenos musicales de los últimos años en España, un descubrimiento difícil de controlar que sin publicar ni un solo disco ha crecido como una estampida sónica gracias a Internet y a su polémica candidatura a Eurovisión.

Hits como 'Too many drugs', 'In Spain we call it Soledad' y ‘Perra’ , tratan lo terrenal y lo espiritual desde una perspectiva que mezcla el baile electrónico y la canción clásica –gran guiño a Franco Battiato y su 'Yo quiero verte danzar', géneros que se dan la mano de una manera asombrosamente sencilla y cautivadora. Millones de escuchas en plataformas como Spotify dejan constancia del impacto de la barcelonesa y su música. Gracias a una frescura inusitada, Rigoberta Bandini demostró anoche que difumina las fronteras existentes entre el pop, el indie y la electrónica , y camina con enorme talento por la cuerda floja que separa lo artístico de lo comercial cual funambulista sin red.

Potente directo de Izal

Luego, pasadas las once, nuevo cambio de escenario para disfrutar de la M.O.D.A . Los burgaleses brindaron una actuación que dejó un magnífico sabor de boca gracias a canciones como ‘Los héroes del sábado, que se convirtió en la antesala perfecta para la cita más esperada de la noche, ya de madrugada: el concierto de Izal . Los madrileños, que hace unos meses anunciaron la disolución del grupo, habían generado gran expectación con su actuación, ya que probablemente sea la postrera del conocido grupo en Sevilla. Miles de fans se agolpaban frente al escenario Heineken desde media hora antes del inicio del show, ávidos de paladear en directo por última vez el exquisito indie-rock que factura esta banda desde hace algo más de una década.

No defraudaron. El quinteto brindó un potente concierto marca de la casa. Un espectacular directo repleto de éxitos que llevan el marchamo de un Mikel Izal en permanente estado de gracia a la hora de plasmar negro sobre blanco aventuras y desventuras vitales.

A veces indie, a veces rock de altos vuelos, lo cierto es que brillaron con un sello propio que hizo vibrar al público en todo momento. Lucen igual de bien con composiciones lentas y emotivas, casi acústicas, que con su versión más eléctrica. Entre las primeras destacó la voz desgarrada de Mikel cantando ese doloroso «¿Tú qué sabrás? Si despiertas lejos de esta casa, ¿tú qué sabrás? Si nunca nadaste en mis entrañas» ('Pausa' ). Soberbio.

De ese perfil, Izal posee más de dos y más de tres canciones, pero qué narices, estábamos en un festival y la noche demandaba movimiento. De ello se encargaron temas apoteósicos como 'Autoterapia' , en la que la el virtuosismo con las seis cuerdas de Alberto Pérez igualaron la magia que en la versión original consigue el violín de Ara Malikian; ‘Copacabana’ y su poético estribillo coreado a viva voz (“Es un parpadeo, un rápido destello, un rayo de sol que deja ciego, cambia en un instante la forma en que los cuerpos toman aire y para el tiempo”) y 'La mujer de verde' , poco menos que un himno dedicado al personal sanitario con el que Izal se despidió a lo grande de la capital hispalense…posiblemente para siempre.

El broche final lo puso Innmir . De dos a tres de la mañana, la DJ valenciana convirtió la pradera del CAAC en una pista de baile gigante con miles de personas entregadísimas. Luego, unos decidieron seguir disfrutando de la noche sevillana, mientras que otros optaron por irse a descansar y reponer fuerzas para la jornada de hoy, donde espera, entre otros, la argentina Nathy Peluso .

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