Música

Rafa Val (Viva Suecia): «En España la cultura es una historia de supervivencia»

La banda murciana de música indie actúa este sábado en el CAAC, un concierto para el que apenas quedan entradas

Viva Suecia llega este sábado a la pradera del CAAC Juan Flores

Fernando Rodríguez Murube

El primer disco les abrió de par en par las puertas del universo indie; con el segundo, recibieron el premio MTV a Mejor Artista Español de 2018, y con el tercero, «El milagro» , han dado el aldabonazo definitivo alcanzando el número dos de la lista de ventas. Se trata de Viva Suecia , una banda con una carrera meteórica y a la que no se le atisba techo. Dadas las circunstancias tan especiales que venimos padeciendo desde marzo, y tal y como refleja el título de su último trabajo, que los murcianos actúen este sábado en el CAAC es poco menos que eso, un milagro.

No obstante, la formación indie, en plena efervescencia antes de la pandemia, es una de las bandas que más conciertos está ofreciendo desde que se levantara el confinamiento. De hecho, tienen siete fechas cerradas para septiembre, una cifra nada desdeñable. Horas antes de que empiece el show, Rafa Val , vocalista y compositor de Viva Suecia, conversa con ABC.

Es curioso que «El milagro», vuestro último y aplaudido disco (estrenado a finales de 2019) arranque con esta frase: «Parece que hoy no ha muerto gente, sigue intacto el equilibrio».

Es cierto, parece que ha sido algo premonitorio. Si llegamos a saber que iba a cobrar tanto sentido apenas unos meses después, igual casi ni la hubiésemos escrito. Da un poco de yuyu, la verdad.

Como parte implicada en el sector de la música, ¿cómo cree que deben reinventarse o adaptarse las bandas, los sellos discográficos, etcétera, al nuevo escenario que está deparando la pandemia?

En realidad ya lo estamos haciendo. Como prácticamente no tenemos ayudas de instituciones, al final lo que hacemos es acogernos a lo que nos dejan. Mira lo poco que nos han dejado y lo bien que nos estamos adaptando. En España la cultura es una historia de supervivencia, y me parece que por desgracia lo va a seguir siendo por mucho tiempo. Hasta que no cambie la manera de valorar a los que formamos parte de la cultura en este país, me parece que todos tendremos que seguir siendo Juan Palomo. Por suerte hay muchísima gente que ama esto, que se deja la piel y que no le importa hacerse rico o no, simplemente quiere grabar, girar y seguir funcionando. Y en esa línea estamos todos, adaptándonos a los tiempos.

Adaptarse significa bajarse el caché o implica ingeniar nuevas ideas.

Evidentemente el factor económico siempre es importante, el que diga que no, miente. Porque al final es lo que te permite seguir haciendo esto. Antes del parón nosotros estábamos en un buen momento, y eso hace que vendamos muchas entradas. Pero hay muchas bandas que estaban de parón o en un momento distinto y no han tenido la misma suerte, y no es porque sean peores que nosotros, ni mucho menos, es porque la inercia era distinta. Ahora, a los conciertos, en general, asiste un porcentaje muchísimo menor del que lo hacía antes de la pandemia, y muchas bandas lo van a pasar muy mal, todos lo vamos a pasar mal. Pero haremos un esfuerzo e intentaremos sobrevivir como sea.

¿Cree que va a ver bandas, por ejemplo de su generación, que se van a quedar en el camino por culpa de la pandemia, al igual que está ocurriendo con negocios y empresas?

Ojalá no, pero puede pasar perfectamente. Los negocios lo tienen peor que nosotros aún, porque tienen unos gastos estructurales que por lo general las bandas no tenemos. En ese sentido son casos distintos, pero sí, una banda al final es una empresa. Creo que todo el país va a pasar unos años complicados. También es verdad que los músicos siempre lo hemos tenido difícil, o sea, que no nos pilla por sorpresa.

¿Cómo afecta este parón a un grupo como Viva Suecia, en clara línea ascendente?

Como todas las cosas, tiene su parte mala y su parte buena. La mala es que nos encontrábamos presentando nuestro mejor disco hasta la fecha, que estaba funcionando genial, con un verano en el horizonte que pintaba muy bien, y hemos tenido que frenar todo eso. Pero bueno, todo el mundo ha tenido que parar su vida y está saliendo adelante como puede, así que no podemos obsesionarnos con eso. La parte positiva es que hemos adaptado todo el repertorio y estamos viviendo una gira muy especial que no habríamos podido disfrutar en otras circunstancias. Todos los conciertos son súper emocionantes.

¿Cómo definiría este nuevo formato en directo de Viva Suecia? ¿Qué le espera a los sevillanos que asistan al CAAC este sábado?

De alguna manera se crea una especie de magia extraña que nos envuelve a todos, cada show tiene una carga emotiva muy importante. Todo el mundo está muy pendiente del concierto, no hay casi distracciones, así que tanto nosotros como el público interiorizamos un poco más los textos. Los arreglos y la interpretación de las canciones también son diferentes. Le hemos dado una vuelta a todas las canciones. Sinceramente, esperábamos que fuese más raro que emocionante, y la verdad es que está siendo algo realmente emocionante. Seguro que va a ser una gran noche.

Han transcurrido apenas 5 años desde la publicación del primer trabajo del grupo y ya han superado etapas que a otras formaciones les cuesta mucho más tiempo o, incluso, nunca llegan a conseguir. ¿Dónde está el techo de Viva Suecia?

Me gustaría pensar que muy lejos, que todavía nos queda mucho por hacer. Siempre hacemos los discos para que nos guste a nosotros, por eso cuando a la gente le gusta es doble satisfacción. Trabajamos bien bajo presión.

Un claro ejemplo de este crecimiento lo podemos encontrar en vuestro paso por el Interestelar Sevilla: en 2017 abristeis el festival a las 4 de la tarde, con 38 grados y poquita gente. Y para este año ya veníais como cabezas de cartel.

Casi nos morimos de la insolación (risas). Empezamos exactamente a las 16.40 horas, creo no vamos a olvidar nunca el día, la hora y el calor que hacía. Recuerdo a un pequeño grupo de público debajo de un árbol refugiándose del sol. Respecto al crecimiento que comentas, hace mucha ilusión este tipo de cosas: subir pasitos en el cartel, que cada vez sean más grandes las letra, etc. Lo entendemos como un premio a la trayectoria y al trabajo que hacemos disco a disco.

Hasta hace muy poco había una vertiente crítica que os acusaba de que todas vuestras canciones eran muy parecidas. Bajo mi punto de vista, con «El milagro» queda zanjado ese problema. ¿Está de acuerdo con esta observación?

Totalmente. Pero es que salvo rara excepción, los dos primeros discos de las bandas no suelen tener mucha diferencia de producción y de sonido. Más aún cuando somos una banda que sacó dos discos en apenas un año. Fue todo muy rápido, y creo que en su momento tuvo todo el sentido del mundo, sobre todo porque nos salía de dentro, no nos salía de otra manera. Y en este disco, concienzudamente sí que nos apetecía explorar nuevos territorios. Sin ser radicalmente diferentes, creo que hemos tenido ciertas libertades que hemos sabido aprovechar.

Aunque no han cambiado de sello discográfico, se observa una mejora evidente en la producción respecto a los dos discos anteriores.

El productor es Carlos Hernández, el mismo de «Otros principios fundamentales». Pero todos hemos aprendido en este tiempo, además, Carlos es como un hermano para nosotros, queríamos dar un pasito adelante, y todos nos hemos tenido que poner las pilas. Hemos investigado mucho.

El sonido es más limpio.

Era una de las premisas del disco. Nos centramos mucho en que todo fuese más nítido, más claro, un poquito menos guitarrero. También incidimos en introducir muchos instrumentos que no habíamos metido nunca (piano, teclados, vientos, cuerdas, hay de todo). Nos apetecía que eso primase sobre todo lo demás.

Esta apertura de miras se hace evidente en «Algunos tenemos fe», uno de los cortes más aplaudidos de este último disco, que engancha desde la primera escucha y que incluye algún giro funky.

Sí, es un poco funky. Estamos muy flipados con Michael Kiwanuka y toda esta gente. Nos hemos hecho un poco negros últimamente (risas), igual no es lo que se lleva, pero es así.

Es una pena que ahora haya que estar sentado en los conciertos, porque este tema en concreto es el paradigma de las canciones que hacen saltar al público en festivales como el Interestelar Sevilla.

No quiero ni pensarlo porque me da mucha tristeza. Seguro que llegará el momento en el que se pueda bailar y disfrutar más de esta canción. Ahora toca saborear la música de otro modo, por supuesto, igual de interesante.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación