Premios Goya en Sevilla
En tu fiesta me planté: Vox se cuela en los Goya
El partido de Santiago Abascal se convierte en el centro de las críticas en una gala marcada por el feminismo
Pocas veces una ausencia se hizo tan presente como la de los líderes de Vox en la ceremonia de los Goya. Si el asunto no salía en la gala, irremediablemente lo iba a hacer en la alfombra roja, donde hubo quien puso los ojos en blanco, se lo tomó con humor y hasta quien les «negó la existencia» ( Almodóvar dixit). El guionista Borja Cobeaga , que se fue de vacío, respondió a la sugerencia del partido de Santiago Abascal para hacer una película sobre Blas de Lezo con un sencillo: «no me da la puta gana». Tampoco se lo plantea el director sevillano Alberto Rodríguez , que, sutilmente, lanzó un aviso a navegantes: «él sufrió una barbaridad y terminó retirado en un agujero. El estado español lo olvidó».
La pregunta, casi obligada, retrató hasta al más discreto y no era precisamente la fiesta de la discreción, aunque en esta edición ellos se atrevieron mucho más con el estilismo que ellas. Y ya que la noche se planteaba reivindicativa hicieron su particular «Me too» Miguel Ángel Muñoz , con smoking estampado metalizado de y Brais Efe , que se dejó a Paquita Salas en casa y vino de él mismo.
Ante los micrófonos el mensaje era otro. La escasez de papeles para mujeres, la brecha salarial, la falta de directoras y las dificultades para financiar sus proyectos. Y ahí estaba Leticia Dolera , con peinado a lo Anna Wintour y vestido blanco de Teresa Helbig sin perder el mosqueo habitual que se gasta cuando trata las cuestiones del feminismo. También tuvo palabras para los de Vox a los que animó a «ver cine español para mejorar como personas». Defendía las cuotas progresivas, el modelo sueco y la discriminación invisible cuando se acercó Isabel Coixet , valiente a la hora de compartir su quiniela: «Le daría el Goya a Isaki Lacuesta » («Entre dos aguas») y feliz por ahorrarse el pijama. Con lo que no se mojó fue con la cuestión política porque «es simplemente la noche del cine».
«Arde Sevilla», anunciaba Paco León desde lejos. Hizo aparición justo después de su hermana María, que le copió look, e ironizó con la posibilidad de rodar una versión local de la popular serie de Movistar+ . «Si este género debe o no tener un lugar en los Goya lo dirá el futuro», dijo como respuesta a la polémica surgida para ampliar las categorías de los premios.
Pero la alfombra roja no termina hasta que Penélope Cruz hace su aparición. Y bien merecieron la pena las tres horas de desfile por verla con un impecable Chanel y sin Javier Bardem, que debió quedarse en casa con los niños.