CINE
Paco Arango: «Llevo al cine la alegría y ganas de soñar que he aprendido de los niños enfermos»
El 17 de febrero será el estreno mundial en España de «Lo que de verdad importa», película 100% benéfica de la que es director, guionista y productor
Paco Arango no titubea cuando afirma que tiene «una fe muy inusual: siempre digo que creo en Harry Potter». Y, en gran medida, esa creencia en la magia y la ilusión, la ha trasladado a su quehacer diario. En 2001, sintió la necesidad de involucrarse en alguna causa solidaria para « devolver la suerte que había tenido en la vida » y comenzó a trabajar como voluntario en el hospital Niño Jesús de Madrid con pequeños con cáncer. La experiencia fue total, «una actividad semanal acabó siendo diaria y eso no ha cambiado en dieciséis años. Me ha enseñado que la vida es un regalo y la felicidad que tengo proviene de la sabiduría de estos pequeños guerreros, como yo les llamo». En 2005 creó la fundación Aladina para ayudar a niños y adolescentes con cáncer y a sus familiares. Cada verano, además, trasladan a más de 120 de estos niños al campamento internacional de Barretstown (Irlanda) y ahora también a Dynamo (Italia) por estancias de una semana, con un coste por persona cercano a los 4.000 euros.
El próximo 17 de febrero Arango estrenará en España «Lo que de verdad importa» , la primera película internacional que donará el cien por cien de sus beneficios para que muchos niños seriamente enfermos puedan disfrutar en esos campamentos que fundó el actor Paul Newman . La película comenzará su aventura en nuestro país, porque «los españoles —dice— tenemos un gran corazón y lo voy a demostrar para contagiar al resto de países».
-Estamos ante su segundo trabajo cinematográfico tras «Maktub», con el que consiguió tres nominaciones a los Goya 2012 pero, a diferencia de entonces, la que está a punto de estrenar es una producción completamente internacional. ¿Se ha visto obligado a salir fuera de España para poder hacer el cine que desea?
-Obligado no, pero, como no tenía muchas ayudas, ya que me iba a pescar, había que ir por un pez más grande si era posible. Hacerlo fuera no es porque vayas a tener necesariamente más éxito, aunque sí abarcas muchos más mercados. He vivido en Estados Unidos gran parte de mi vida y pensé que si me la jugaba, lo hacía en el idioma universal del cine, que es el inglés, y me fui a rodar a Canadá (Nueva Escocia).
-¿Por qué una película para una causa benéfica?
-Los niños con cáncer me cambiaron la vida hace dieciséis años y cuando hago cine me alejo de los hospitales. Entonces hice un pacto conmigo mismo de manera que, cuando yo hiciera una película, sirviera para recaudar dinero para los niños. En la primera, eso fue parcial y se destinó al centro «Maktub» en el hospital Niño Jesús. La de ahora es la primera película internacional cien por cien benéfica, altruista, aunque es una superproducción, con actores de renombre (Oliver Jackson-Cohen, Camilla Luddington, Jonathan Pryce...), en la que todo el mundo que trabaja en ella, cobra.
-¿Es un acto de locura embarcarse en un proyecto de estas características con los costes que asume?
-Muchas veces el cine tiene dos formas de ayudar: con la recaudación y también con el mensaje, y aquí «Lo que de verdad importa» responde justamente a esa idea. Nos hemos juntado dos fundaciones, «Aladina» y «Lo que de verdad importa», para difundir un mensaje muy positivo, que es esta película. Si esto se considera o no locura…, es una locura necesaria y ahora lo importante es que la gente vaya al cine porque tiene que haber más locos como yo, no puede ser un evento único.
-Su trabajo se define como una mezcla de comedia, drama y realismo mágico...
-Hasta cierto punto es como una fábula, pues el argumento gira en torno a un hombre que desconoce que tiene el don de curar y al que una adolescente enferma le enseña el camino. Es un cuento ameno, divertido, que tiene mucha comedia, algo de drama, pero éste siempre viene desde el punto de vista mágico, por lo que sales con el corazón con una sonrisa muy grande.
-Su película, además, está dedicada a Paul Newman.
-Sí. Lo conocí y me invitó a formar parte del consejo de «Serious Fun Children’s Network», que ayuda a miles y miles de niños a tener una experiencia veraniega especial. El dinero de esta película va para esa causa y no porque un niño enfermo se merece un premio, sino porque se trata de una experiencia curativa que los médicos dicen que resulta tan importante como la quimioterapia. Así, con cada entrada de cine, el espectador, aparte de ver una película divertida y amena, va a estar ayudando a que un niño muy enfermo tenga una experiencia maravillosa y curativa en algunos de los campamentos, especializados y llenos de alegría, que esa red tiene por el mundo.
-¿Por qué dos títulos diferentes, uno en inglés y otro en español?
-Primero, porque el título en inglés, «The healer» (el sanador, el curandero), es un término positivo, pero no tanto en español. Y, en segundo lugar y lo más importante, porque soy ponente del congreso de la fundación «Lo que de verdad importa», que transmite ilusión y valores a la juventud e intenta cambiar el mundo, por lo que era el título perfecto. Además, ambas fundaciones coincidimos en la celebración de nuestro décimo aniversario y decidimos que, juntas, haríamos algo extraordinario en España. Y lo haremos con esta película.
-Su trayectoria cinematográfica se caracteriza hasta la fecha por abordar historias humanas con un horizonte esperanzador. ¿Considera que en el cine actual hay déficit de este tipo de tramas?
-Puede ser... Un gran cineasta como Capra siempre hacía cine para intentar cambiar un pelín el mundo. Yo intento llevar al cine lo que he aprendido de los niños enfermos, que es la alegría y las ganas de soñar. Intento plasmar en la película esperanza y que, por lo menos, durante unas horas puedas abrir sus puertas y pensar que puede haber algo maravilloso.
-¿Qué es entonces lo que de verdad le importa a usted en esta vida?
-De entrada, que ningún niño con cáncer, ni sus familias, pierdan la sonrisa. Más allá de eso, que nos demos cuenta de que la vida es un regalo y que todos podemos ayudar siempre a alguien de alguna manera.