Crítica de danza
«Nacida sombra»: cartas entre mujeres
Teresa de Jesús, María de Zayas, María Calderón y Sor Juana Inés de la Cruz, protagonistas de esta obra de Rafaela Carrasco
Son cuatro mujeres, cuatro cartas bajo la luna que se van dirigiendo una a la otra, como si fuera un relato. Son cuatro mujeres que vivieron en el esplendor y la oscuridad de los siglos XVI y XVII, de la España de la conquista y las letras. Son Teresa de Jesús, María de Zayas, María Calderón y Sor Juana Inés de la Cruz . Cuatro mujeres que conocemos entre tantas invisibles de aquellos siglos, y sucesivos.
Rafaela Carrasco baila en femenino, es como una reinvidicación rabiosa, como una epifanía de este bailaora que vuelve, tras su estancia como directora del Ballet Flamenco de Andalucía, al vértigo de sus propios riesgos y proyectos. Y lo hace de la mano inestimable del talentoso Alvaro Tato que ha realizado una dramaturgia y textos impecables que lee la maravillosa voz en off de la actriz Blanca Portillo.
Los palos flamencos y un espacio sonoro lleno de otras músicas, nos transportan de la mística de Teresa de Jesús a los salones de corte de María de Zayas; de los teatros de María Calderón, a los escritos rebeldes de Sor Juana Inés. Taranto, romance, fandangos, alegrías, guajira, soleá..., el flamenco conviviendo con músicas que recuerdan otros ritmos y aquellas épocas en las que se bailaba la chacona y la folía. Todo ello con el espléndido baile de Rafaela Carrasco y de Florencia O’Ryan, Carmen Angulo y Paula Comitre , flamenco y danza española dándose la mano.
La coreografía es limpia , segura, austera, flamenquísima sin perder esencia, pero con ese lenguaje de hoy que permite otras expresiones. Rafaela Carrasco es creadora, y por eso ha concebido una obra repleta de detalles estéticos y recursos, un relato coreográfico impecable.
Y la música brilla por sí sola. Ahí están las guitarras de Jesús Torres y Juan Antonio Suárez, y las voces de Miguel Ortega y Antonio Campos . No hace falta ruido, sólo cuatro grandes intérpretes para componer este maravilloso espacio sonoro.
Mujeres valiosas, valerosas, cultas, inquietas, libres, como la propia Rafaela Carrasco ha reflejado en este montaje. «Nacida sombra», la danza, la palabra y la música unidas en lo femenino en este siglo XXI.
Noticias relacionadas