Música

La música de José Manuel «El Mani» en cinco sevillanas y una rumba

El popular cantante de Gines ha fallecido este miércoles a los 59 años

El Mani en ABC de Sevilla ABC

Luis Ybarra Ramírez

Ha escogido un día de lluvia de un año sin feria ni Rocío. La voz de la romería y del amor en el camino, de esa Sevilla que explota henchida de algo más elevado que el color, de Gines, de los amigos, de las casetas, de la melodía que trasciende al autor, del albero y el mosto, de los caballos, los lunares y la reja, se ha despedido a los 59 años. Seleccionamos seis canciones, cinco sevillanas y una rumba, para trazar líneas que van y vienen alrededor de su discografía . Una síntesis breve que en el fondo invita a escuchar sus veinticinco trabajos publicados en solitario.

«Mi amor se llama Sevilla»

Toda historia tiene un comienzo y para hablar del Mani más tempranero habría que preguntarle a la familia y sus allegados. A ese puñado de gente que poco a poco le vio crecer al galope de los coros de la Virgen del Rocío de su pueblo hasta que publicó, en el 87, su primer álbum : «Mi amor se llama Sevilla» , un canto de amor a la ciudad que se abre con la sevillana que le da título. Era un piropo a la atmósfera, al aúrea, en realidad. A su experiencia en un escenario que clama toda una ristra de elogios. Aquello se convertiría en una temática recurrente a lo largo de su trayectoria.

«Candela, candela»

Un año más tarde, en el 88, continuó registrando en el estudio los amables latigazos de su redondez. Traía un aire plagado de efluvios de polvo y pino. Y así llegó uno de sus mayores éxitos . Tan pronto. Casi sin avisar. En plenitud de facultades. Compuesto por Tate Montoya para convertir al álbum en el en que se ubicó en Disco de Platino de la mano del sello andaluz Senador. Por aquellos surcos sonaba su «Candela, candela» .

«Mi camino»

El Mani no llenaba estadios, sino casetas . Y desde los inicios su música ha acompasado el baile de diferentes generaciones. Las más recientes, probablemente, no sabían siquiera de quién era eso que ellos bailaban entre tapa, copa y jarra. Se hizo larga su vereda. Y en ella fue dejando una reducción de marisma por goteo que se resuelve, por ejemplo, en esta sevillana con la que ultimaba una década para estrenar la siguiente al rasgueo de una guitarra y la caricia acuosa del bajo: «Mi camino». Comenzaron los 90.

«Ay, que te como»

Lanzarnos esta tarde a esta piscina, en cierto modo, duele el doble. Porque cierro los ojos y veo lo que esta primavera nadie ha vivido y porque lo hago, además, con el sentimiento de la pérdida. Los triunfos del cantante de Gines, como he señalado, fueron muy numerosos. Su «Ay, que te como» , con la que han danzado hasta aquellos con movilidad de ventrílocuo castigado, apareció en el año 2001, aunque desde esta perspectiva mentirosa parece que siempre ha existido .

«Ya es hora de darnos cuenta»

En el 2019, grabó su último disco : «Simplemente yo». De él, con letra de Antonio Bejarano, refrescamos su «Ya es hora de darnos cuenta» . Un relato de principios y finales. Con sabor a despedida sin grandes causas, a historia vivida y terminada, a telón, se arranca el adiós más maduro de su obra.

«Si la ves le das memoria»

José Manuel Rodríguez El Mani será recordado como uno de los exponentes del estilo folclórico por excelencia de la provincia a la que dedicó tantos suspiros. Sin embargo, también interpretó baladas, fandangos y rumbas . «Si la ves le das memoria» es un verso robado con gusto a una soleá alfarera de Triana que antes grabaron cantaores como Paco Taranto y Chiquetete. Tomó aire jocoso en su garganta y cumplió la máxima universal que un poeta de Moguer escribió y todo artista persigue: tener raíces y alas.

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