Real Orquesta Sinfónica de Sevilla

La música del futuro pasa por nuestros jóvenes

Crítica del concierto celebrado este sábado en el Teatro de la Maestranza

En el programa aparecían 'Proyecto Luna' y 'Fantasía(s)' de Disney Marina Casanova

Carlos Tarín

Desde sus inicios , la ROSS siempre tuvo un lugar para los niños y jóvenes , es decir, para fomentar su acercamiento a la música clásica, colaborando y coordinándose con colegios e institutos. Esta temporada ha sido especialmente difícil, por la escasa asistencia que creíamos debida al Covid; sin embargo, cuando nos encontramos en una etapa de superación de la enfermedad , no se ha terminado de reconquistar al público de siempre, pero en casi ninguna de las instituciones que habitualmente habían contado con su apoyo.

Por otro lado, la llegada de P edro Vázquez a la Dirección y Gerencia de la ROSS (mucho antes de la pandemia) venía ya acompañada de una serie de proyectos que implicaba especialmente a los jóvenes, tanto de conservatorios como de la enseñanza no estrictamente musical, como el ' Proyecto Luna ', que este año ha cumplido su séptima edición, si bien es la primera que se celebra en el Teatro de la Maestranza (cambio que nos parece todo un acierto).

Además, ha contado con una segunda novedad aún más importante, la de hacer participar en dicho proyecto a la flamante ' ROSS Joven ', de manera que tanto unos como otros participantes pueden 'presumir' de haber cantado y tocado en el templo de la música andaluza: como ambos proyectos empiezan de cero cada año, los chavales tendrán que ganarse su puesto la temporada que viene. Sinceramente, no sabemos si esta es mejor opción para ir guardando una especie de poso, al que se van añadiendo participando noveles, no sea que los buenos se cansen de tener que presentarse cada año y se marchen , o que nunca termine de compactar el sonido como conjunto. Pero eso habrá que verlo.

En el aspecto musical, la grandísima cantidad de participantes vocales ( desde los 10 años ) del 'Proyecto Luna' fueron capaces de cantar al unísono -y en ocasiones a dos voces-, y que se les entendiera perfectamente todo, al igual que sus entradas con la orquesta resultaron bastante precisas, además de cantar durante más de una hora sin partitura, de pie y sin aparente cansancio, coloreado todo por un acertado acompañamiento coreográfico de banderolas que los mismos jóvenes realizaban a la vez que cantaban. No entramos a valorar ni la música, ni el texto (Gabriel Vicente y Elena Atencia ), ni el trabajo de la orquesta ni la dirección. Sólo destacamos el enorme esfuerzo durante todo el curso de los jóvenes, de los padres, del resto de actantes y con un resultado sensacional.

Así que son dos proyectos en uno, que muy seguidamente -en otro programa- se completaba con la asunción de la ROSS profesional de la interpretación de la 'banda sonora' de las dos películas 'Fantasía' (1940 y 2000), compuestas en realidad por atractivos fragmentos de música 'clásica' que la factoría Disney completó con sugerentes e inteligentes animaciones, a las que otorgó en cada episodio musical de un planteamiento estético y visual distinto. Y sobre todo hay que destacar que se hace en una época en la que la empresa se hallaba muy comprometida con la música de su tiempo. Un ejemplo demoledor: el estreno de ' La consagración de la primavera ' de Stravinski (1913) supuso el mayor escándalo de la historia de la música por su escritura vanguardista y transgresora. Sólo 27 años después , la todopoderosa factoría la incluía en su primera 'Fantasía', una película pensada en principio para niños (por definición, más desprejuiciados), 'consagrando' así la obra del compositor ruso definitivamente, bien es verdad que por la implicación también del 'divino' Stokowski. Por cierto, no se oyó la obra en este espectáculo, sino que se prefirió el 'Pájaro de fuego' ('Fantasía II), acaso menos agresiva y más 'bioclimática' que la más tribal y telúrica 'Consagración'.

Muchos niños y padres asistieron por primera vez a una función en el Maestranza y, en todo caso, pudieron maravillarse 'en vivo' del sonido de una gran orquesta, del riquísimo colorido ( 6 percusionistas llegaron a tocar simultáneamente ), cuyos instrumentos se oyeron con extrema claridad, disponiéndose de forma inusual, descendiendo su plano desde el fondo de la escena hasta la fila 5 del patio de butacas para permitir la visibilidad de la enorme pantalla. Y hubieron de sorprenderse ante instrumentos de los que a lo mejor recordaban haber oído, pero no imaginaban su aspecto: acaso el fagot de ' El aprendiz de brujo ' y para los muy atentos el enorme contrafagot que prepara la marcha melódica de Mickey, el clarinete bajo, la celesta de 'El cascanueces', el arpa exultante de resultados 'mágicos' en diversas piezas, la intensidad de nuestras flautas o perlas relevantes como el vibráfono. Este instrumento fue inventado en 1921, se relaciona inmediatamente con el jazz y, recordemos, la película se estrena en 1940 (su larga gestación, tanto visual como musical se retrotrae a unos años antes): la orquestación de Stokowski del 'Claro de luna' de Debussy incluye ya el vibráfono, precisamente para destacar la correspondencia entre las ondas del agua con las que forma la propagación del sonido, que además titilaban ostinadamente con la intensidad de la cuerda (ya en la segunda parte de 'Fantasía I' nos mostraban estos efectos mediante dibujos 'animados'). Y aún más: esta maravilla de pieza, de orquestación y de visualización se excluyó de 'Fantasía I' para no prolongar más la duración de la obra, se perdió posteriormente y se encontró en 1992 ; así que no es de extrañar que la mayoría de quienes han visto las dos películas no la conocieran. Quizá hubiese sido interesante poner el nombre de cada compositor y de la obra al inicio de cada episodio, para evitar que más de uno pensara que se trataba de una banda sonora al uso. Digamos por último que, como en todo concierto que se precie, ofrecieron una brevísima propina, extraída de Fantasía II: 'La marcha final' de 'El carnaval de los animales' de Saint-Säens, más 'volátil' que la inicial y más 'pesante' del león .

Pudimos ver también al joven director frente a un monitor para seguir la película y a la vez una especie de metrónomo que señalaba estrictamente no sólo la velocidad de la pieza, sino el número de compás y de cada tiempo del mismo para que la sincronización de la música con la película fuera perfecta. Esto funcionó muy bien, pero no sabemos si fue la causa de los continuos desajustes dentro de la orquesta, poco acostumbrada a tal rigidez agógica. Nuevamente los violines, e insistimos en que posiblemente debido a su protagonismo y su sonido agudo, son quienes más evidencian estas perturbaciones; pero es por ello por lo que debieran poner más cuidado. Y Alexa sigue sin aparecer. Si está enferma, deseamos su pronta recuperación; pero si está haciendo un Lombard, o sea, bolos, a lo mejor habría que pensar en recuperar a quien quedara tras ella en el último casting a concertino, si todavía estuviera disponible (y sería una pena, porque con ella los violines no han conocido una mala tarde): « Alexa, manifiéstate ».

'Proyecto Luna', 'ROSS Joven', 'Crecer con la ROSS', 'La ROSS y las Juventudes Musicales', 'Los colores de la Música', 'Fantasía de Disney' han sido los ciclos/conciertos dedicados a los jóvenes este año por la orquesta, sin contar los precios especiales en las entradas. No se puede hacer más para atraer a los jóvenes desde una calidad a la altura de su implicación. Y permítasenos una idea de docente: algo similar al proyecto Disney lo llevaron los franceses al mundo vocal mediante doce bellísimas perlas de la historia del canto, ilustradas por otros tantos espectaculare s trabajos de animación en 3D en 1993 (entonces era lo último de lo último). Vamos.

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