Mozart joven, espléndida ROSS

Hay que descubrirse, una vez más, ante la calidad y profesionalidad de estos músicos, que afrontan sus problemas con la más poderosa arma que tienen: tocar cada vez mejor . ¿Quien dijo que se les «resistía» el mágico clasicismo mozartiano? En tres piezas de juventud (16, 19 y 18 años) del genio salzburgués (muerto a los 35), nuestra Sinfónica (sus profesores continúan con los lazos verdes), en formación de cuerdas, más dos trompas y dos oboes, dio una lección soberana de maestría y precisión en tres obras deliciosas.

En primer lugar, el «Divertimento para cuerdas, K 136» (1772), en tres tiempos, primero de los tres de ese mismo año. La impronta italiana, en cuanto al estilo y la forma, y ciertas partes contrapuntísticas y temáticas influidas por Haydn , aparecen con un sesgo romántico. El género del divertimento tiene gran importancia por ser la premisa del futuro cuarteto de cuerda, importantísimo en la historia musical.

Después, una página con brillante solista (el propio director-concertino asumió este papel): el «Concierto nº 4 para violín y orquesta, K 218» (1775), de sonoridad sensual, siguiendo el modelo de Boccherini , sublimado y personalizado. El «Andante cantabile» central es, en realidad, una ininterrumpida canción para el violín, una confesión de amor, exquisitamente interpretada por Zef Pavaci.

En la segunda parte, la «Sinfonía nº 29, en la mayor, K 201» (1774), conocida como «A media orquesta», que, a lo largo de sus cuatro movimientos, da testimonio de una sensibilidad nueva, que siente la necesidad de profundizar en la sinfonía mediante una técnica revitalizadora , salvándola de la función meramente decorativa, con el estilo galante superado desde dentro, mediante la exquisitez melódica y la sofisticación temática, con fascinante sensualidad de combinaciones. Adelante nuestra Orquesta, que merece todos los apoyos.