CRÍTICA DE FLAMENCO
Ana Morales, el flamenco del detalle
El espectáculo «Una mirada lenta», ofrece un flamenco con sosiego, sin aspavientos y con una estética cuidadísima

Sevilla. Ana Morales nos lo decía ya en el título del espectáculo: «Una mirada lenta» . Sabíamos que íbamos a ver un flamenco con sosiego, sin aspavientos, con una estética cuidadísima y con una forma de entender el compás que nos llenaría de armonía. Y Ana Morales lo hizo así.
«Una mirada lenta» es una obra que mira por el espectador , es decir, que le permite al respetable contemplar los pasos, escorzos, zapateados, braceos, como si el tiempo en algún momento se hubiera detenido. Es el flamenco del detalle.
Al baile Ana Morales acompañada de David Coria , con el que forma una armoniosa pareja en el escenario, con una agradecida naturalidad. Y en el atrás...,no, no se equivoquen, no es un atrás, es un también un delante: las voces inmensas de Antonio Campos y Miguel Ortega y la guitarra que emociona de Rafael Rodríguez . Una novedad, la batería de Daniel Suárez ... muy buena elección.

Tarantos, soleá, martinete, fandangos, farruca, tangos de Málaga... el espectáculo, aunque construido a modo de recital, se sale de la norma por su composición, y, sobre todo, por el hermosísimo diseño de luces de Florencio Ortiz que conforma un espacio sin estridencias, en consonancia con la bailaora, de la que hay que destacar también el originalísimo vestuario que me recordó la estética del vestir de la añorada Manuela Vargas.
No es el baile de Morales un flamenco al uso, porque sin salirse de los cánones más clásicos, introduce en ellos estéticas del siglo XXI que en realidad recuerdan más al flamenco antiguo pero eso sí, revisado, como suelen hacer los artistas plásticos. Porque si algo tiene de espectacular este montaje es su plasticidad. David Coria nos brindó momentos espectaculares de baile junto a Morales por martinete, entre otros instantes. Muy buen bailaor que disfruta en el escenario y eso se transmite.
Una obra que parece sencilla, pero que está medida hasta el más mínimo detalle, buscando dos cosas que siempre son bienvenidas: el flamenco y la armonía .