Fotografía
La mirada de Pablo Juliá sobre la Transición se expone en la Casa de la Provincia de Sevilla
La exposición, que permanecerá abierta hasta el próximo 22 de marzo, presenta un centenar de imágenes, de la política a la cultura
Cuenta Pablo Juliá (Cádiz, 1949) que su vida cambió cuando un día apareció Plácido Fernández Viagas , presidente de la Junta preautonómica, en su estudio de la plaza del Pan y le propuso «documentar fotográficamente el proceso de transición de la dictadura a la democracia en Andalucía».
Ese fue el inicio de largos viajes en coche por Andalucía para mostrar la realidad de finales de los años 70 y primeros 80, una época de la que proceden algunas de las imágenes más icónicas de este fotoperiodista vinculado durante año al diario El País, desde las multitudinarias manifestaciones pidiendo la autonomía a aquella foto de Manuel Fraga con aquel rótulo de «Andalucía vota PSOE».
Esas imágenes, y otras tan conocidas como la llamada «foto de la tortilla» , hasta casi un centenar se muestran hasta el próximo 22 de marzo en la Casa de la Provincia , dentro de la exposición «Otros tiempos...» , que recorre algunos de los hechos más destacados de la Transición , como el 4 de diciembre de 1977, el Pacto de Antequera y el referéndum del 28-F , pero con lugar también para recordar la cultura de aquellos años, como el encuentro en Sevilla entre Jorge Luis Borges y Gonzalo Torrente Ballester o una salvaje María Jiméne z. También destaca la mirada social de Pablo Juliá, en instantáneas como la de ese niño con un cigarro en la boca fotografiado en el Polígono Sur de Sevilla.
La muestra cuenta con el patrocinio de la Fundación Unicaja y la Diputación de Sevilla , así como el apoyo de la Fundación Felipe González, la Diputación de Cádiz y la Consejería de Presidencia , a través del Centro de Estudios Andaluces.
Durante la presentación, Pablo Juliá señaló que aunque culminó en Barcelona sus estudios de Historia «nunca ejercí de historiador. Me dediqué a la fotografía». El primer viaje con Plácido Fernández Viagas, reconoce, «fue duro, pero de una enorme belleza. Luego seguí estos viajes con Rafael Escuredo y conseguí un importante archivo de artistas». «No he parado de dar vueltas a Andalucía desde entonces», añade.
Parte del resultado puede verse en una exposición que alterna el retrato de unos jóvenes Felipe González y Alfonso Guerra , con instantáneas de rockeros como Kiko Veneno y Silvio .
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