Electrónica
Miguel Marín: «La danza me está salvando del virus como músico»
El músico sevillano inaugura este sábado temporada en el Teatro Central con su nuevo disco como Árbol en un gran montaje con danza y el coro Proyecto ELE
Miguel Marín está sentado en una mesa de una cafetería del Mercado de Feria. Dentro de unas pocas horas —es miércoles 14 por la mañana— cogerá un avión para ir a la Bienal de Venecia junto a los bailarines y coreógrafos Guy Nader y María Campos , para presentar la pieza «Time Takes The Time Time Takes».
Desde allí volverá a Sevilla para inaugurar este sábado la temporada del Teatro Central , con una presentación muy especial de su nuevo álbum como Árbol, «Just Another Confused Animal» . Una parada muy especial antes de seguir su periplo junto a otras compañías de danza por Barcelona, Vitoria, Tenerife...
«Las bandas sonoras, que he realizado recientemente dos para un documental sobre Bigas Luna y otro sobre Juan Genovés, son una buena vía, pero con el virus los rodajes han pegado un parón brutal. Los teatros, en cambio se mantienen con limitaciones de aforo. La danza me está salvando del virus como compositor y como músico, y no tengo previsto parar hasta Navidad», explica Miguel Marín.
Porque componer para la danza ha sido una de las vías creativas y de trabajo para Miguel Marín, habitual colaborador de la coreógrafa Teresa Navarrete y que ha trabajado con Marco Vargas y Chloé Brûlé , y que recientemente ha estado en los Teatros del Canal de Madrid codo con codo con el coreógrafo francés Fabian Zomé .
Con la danza, que lo ha llevado por medio mundo, este compositor sevillano, hijo de bailaor y cantaora sobrina nieta de la Niña los Peines , se ha mantenido fiel al ideario de la música independiente de los años 90, en una trayectoria con momentos junto a Sr. Chinarro y los británicos Piano Magic , cuando se marchó a vivir a Inglaterra, antes de comenzar una carrera en solitario como Árbol en álbumes de paisajismo electrónico inteligente, dotados con una muy personal capacidad para conmover. De por medio, quedó también adictiva aventura rock de Montgomery .
Pero Miguel Marín está ahora de vuelta con Árbol y con el que, posiblemente, sea el disco más personal del que es su proyecto más personal. «Sentía que el próximo paso tenía que ser más personal, más maduro y con la voz, me gusta mucho la electrónica experimental y el ruidismo, pero ahora estoy en el momento de contar cosas, en el estado de la voz y la palabra ».
El compositor sevillano reconoce que la chispa que pone en marcha el proceso de composición de este nuevo álbum de Árbol, ocho años después de su anterior entrega, es «e ncontrar un leitmotiv para que gire en torno, no solo emocional, sino musical y en este caso era la voz».
La voz como el instrumento más personal de todos, necesario en este caso para dar cuerpo a un disco que «ronda un desamor , porque una ruptura de una relación larga puede ser trágica que te puede marcar para toda la vida. Es cierto que te vas a volver a enamorar y que vas a seguir con tu vida, pero siguen las heridas y una cierta confunsión ante lo que te puedes encontrar».
Presentación en el Central
Para el estreno del álbum en directo, Miguel Marín ha planteado un montaje que trasciende el concierto al uso y que lleva planteando desde antes del confinamiento. «No me voy a plantar en el Central con cuatro músicos y unas luces, porque el disco aunque esté la voz, que es muy personal, no deja de ser muy cinematográfico ».
A la hora de armar este espectáculo ha contado con la colaboración del realizador Javier Vila , que ha realizado toda el montaje audiovisual, y la dirección de escena de Teresa Navarrete , que interviene en escena junto a las bailarinas Lucía Vázquez y Silvia Balvín . El elenco lo completan cuatro músicos y el coro Proyecto ELE, formado por diecinueve integrantes que van a cantar con mascarilla y se van amover por todo el escenario.
«Yo había colaborado con Proyecto ELE y nos quedamos con ganas de hacer algo más. Pienso que la música de Árbol desde el primer disco es muy coral. Hay dos cosas con las que identifico mucho a Árbol. Una es la música de las bandas de Semana Santa , que me gustan porque son como muy dramáticas y cuando tocan los vientos suenan que parecen teclados porque no los puedes distinguir. También me suena Árbol a música de Iglesia , porque en mis discos siempre hay un teclado que da sensación de coro. Con Proyecto ELE lo que vamos a hacer es pasar todos esos teclados a la voz, a lo acústico. En el espectáculo hemos trabajado tanto la parte vocal como el movimiento, nos interesaba mucho el impacto visual con toda la gente moviéndose por el escenario». La cita, mañana por la noche en el Central.
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