El verano de mi vida
Marina Heredia, entre los amigos y Lorca
La cantaora granadina reconoce que su oficio le ha llevado a trabajar en los meses de estío. Mucha carretera para, eso sí, disfrutar en los escenarios

«No me tengo que remontar demasiado en el tiempo para hablar del verano de mi vida: fue el pasado, en 2019 . Además, sin ninguna duda. Esto se debe a que estuve durante un mes y medio representando en el teatro del Generalife de Granada la obra "Lorca y pasión" . Lo bonito fue que desde mayo estuvimos ensayando y por tanto conviviendo. ¿Con quién? Pues con Eva La Yerbabuena, José Quevedo El Bola, Rosario Pardo, la gente del ballet, José Valencia, Farruquito, Miguel Poveda y otros grandes músicos… Fue una experiencia maravillosa, porque éramos muchos artistas en un enclave privilegiado, hicimos treinta y tres galas, y pronto me di cuenta de que estaba ante uno de esos regalos que te da esta profesión. El Bola es mi guitarrista y productor habitual, pero la oportunidad de trabajar con el resto de mis compañeros y amigos, juntos codo a codo, disfrutando, no es algo que suceda de manera asidua. Siempre andamos con proyectos de un lado para otro y coincidir todos, o, al menos, muchos, es siempre un auténtico placer. Una rareza.
Además de en lo personal, fue un reto en lo artístico, pues nunca me había enfrentado a un espectáculo de estas características con tanta responsabilidad en el reparto. Tenía cuatro partes y, además de cantar y de bailar, teníamos que interpretar , que teatralizar. Así fui Julieta en "El público" con Farruquito como Caballo Negro; Poncia en "La casa de Bernarda Alba", donde teníamos a María Alfonsa Rosso como actriz principal; maniquí en "Así que pasen cinco años", en el que José Valencia era mi novio; y, en la última pieza, yo hacía de Mariana Pineda y Chema del Barco de quien la condena. De verdad, qué bien lo pasamos. ¿Cómo voy a quedarme con otro verano?
De niña, con mi abuela materna, quien por desgracia ya se me fue, nos íbamos de vacaciones familiares a Salobreña . Cuando vuelvo, me acuerdo mucho de ella ¡Tenemos un litoral precioso en la Costa Tropical! Las playas tienen mucha calidad, hay rincones llenos de embrujo, buenas aguas y arenas, y todo a unos pocos kilómetros de Sierra Nevada, lo que lo hace aún más especial. En los meses de julio, junio, agosto..., sin embargo, el gremio de los flamencos no deja de girar. Es el momento de hacer los mayores esfuerzos.
No me gusta decir que el cante sea mi trabajo, aunque lo sea. Yo me lo tomo de otra forma: es mi afición, mi modo de vida, un vehículo para expresarme. Y, hablando de vehículos, ahí está el otro lado de la moneda, el que menos me gusta: los viajes, las esperas . Todo cobra sentido cuando me subo a las tablas del escenario. Bendito oficio. Quién pudiera volver a presentar "Lorca y Pasión" con un cartel similar. Resulta complicado mover una estructura tan compleja, con tantos flecos y agendas que cuadrar, pero, si así sucede, tal vez cambie de nuevo el verano de mi vida y esté aún por venir. También eso forma parte de la profesión: no pensar en lo que hemos hecho, sino en las sorpresas que nos depara el futuro».