ENTREVISTA
Manuel de la Rosa:«Sevilla sigue estando en deuda con Jesús y Triana»
Recuerda con nostalgia a su hermano horas antes de que la ciudad le rinda homenaje en el 35 aniversario de su muerte
A pesar de que han pasado más de tres décadas desde que se fuera la voz del mítico grupo Triana, lejos de apagarse, la llama de Jesús de la Rosa y su transgresora música, que daría origen al rock andaluz, sigue más viva que nunca. Temas atemporales como «Abre la puerta», «En el lago» o «Tu frialdad» siguen encandilando a los cientos de miles de fans de la banda sevillana. Prueba de ello son los cerca de un millón de escuchas que la banda registra cada año en la plataforma Spotify. Manuel de la Rosa y su hija Cristina, hermano y sobrina del artista , atienden a ABC con motivo del 35 aniversario de la muerte del «poeta de la calle Feria».
El lugar donde se va a descubrir la placa ha cambiado mucho desde 1948, año en el que nació Jesús.
Desde luego. De hecho, ha cambiado hasta el número. En aquella época era el 183 de la calle Feria y ahora es el 147. Mis padres y nosotros, que éramos ocho hermanos —Jesús era el benjamín— vivíamos en una casa de vecinos con dos patios, de esos que abundaban en la época. Era un lugar en el que rezumaba la alegría. Años más tarde, cuando mi hermano tenía unos 16 años, lo derrumbaron y nos dieron una casa en el polígono San Pablo.
¿Cómo definiría a su hermano como persona?
Era una persona maravillosa. Nadie te podrá hablar mal de él. No tenía enemigos, era todo bondad, pura nobleza, muy humilde, tímido y alegre. Transmitía una tranquilidad y una paz increíble.
¿Era sevillano de pura cepa?
Completamente. Era creyente, al igual que toda la familia, y, sin ser un apasionado, le gustaba la Semana Santa, especialmente las hermandades de Montesión y la Macarena. También era muy futbolero, sevillista. Cuando se fue a Madrid, cada vez que jugaba contra el Madrid o el Atlético iba a verlo.
¿Y cómo lo definiría artísticamente?
Era un genio con un talento innato. Y luego también influyó que se criara en un ambiente familiar en el que la alegría y el cante eran constantes. Mi madre, que era cigarrera igual que mi abuela, llegaba a casa cantando después de llevarse todo el día haciendo cigarros. Estudió hasta los 13 y luego comenzó a trabajar, para ayudar en la economía familiar, en la Joyería Marín de la calle Feria y de aprendiz en la Fundición San Clemente. A partir de los dieciséis años empezó a compaginar estos trabajos con sus estudios de música en el conservatorio (siete años), porque ya tenía claro a lo que quería dedicarse.
Y luego llega Triana.
Primero estuvo en un grupo que se llamaba «Nuevos tiempos» y después de hacer la mili se fue con una orquesta al País Vasco. Luego probó suerte en varios grupos en Madrid (con Los Bravos estuvo cuatro meses), y siempre le terminaban rechazando por su marcado acento sevillano. Jesús encontró en Eduardo (que fue quien le eligió a él) y Tele la conjunción perfecta para plasmar con Triana lo que él llevaba dentro.
¿Había antecedentes artísticos en la familia?
¡Claro que sí! En mi casa cantábamos flamenco todos: los ocho hermanos, mi madre, Concepción Luque, cantaba flamenco para reventar, y nuestra abuela también. En la casa, en el corral de vecinos, siempre había cante. Incluso algunos a nivel un poco más profesional, como yo, que estuve en la Orquesta Macarena.
«Nos comentó a la familia que tenía en mente el proyecto de escribir una ópera flamenca que sería protagonizada por Camarón y Rocío Jurado»
¿Jesús también se arrancaba?
¡Por supuesto! Lo que pasa es que él empezó a interesarse por la música moderna del momento. Su grupo favorito era Pink Floyd, y también escuchaba a King Crimson y bandas así. Pero nunca olvidaba sus raíces, y de ahí nació la fusión que ideó. De hecho, en los conciertos de Triana él siempre llevaba para abrir el espectáculo a artistas punteros del flamenco, por ejemplo José el de la Tomasa. Mira, para que te hagas una idea de su amor por sus raíces, pocos meses antes de morir nos comentó a la familia que tenía en mente el proyecto de escribir una ópera flamenca que sería protagonizada por Camarón y Rocío Jurado.
Vaya espectáculo saldría de ahí.
Imagínate. A Rocío Jurado no sé si llegó a comentárselo, pero a Camarón, que era amigo suyo, sí. Camarón admiraba mucho a Triana, y a Jesús le decía que siguiera por esa línea de fusionar las raíces andaluzas y el rock, que era algo rompedor. Jesús se llevaba muy bien con todos sus compañeros de profesión, pero con los que tenían ese espíritu investigador y transgresor encajaba muy bien. Por ejemplo, cuando murió Jesús, Enrique Morente, otro pedazo de artista, hizo unas declaraciones en las que lamentaba que no hubiese dado tiempo a hacer algo juntos, otra idea que se quedó en el tintero por culpa de aquel maldito accidente.
¿Sevilla está en deuda con Jesús de la Rosa?
Con la placa que se va a colocar en la casa donde nació se hace un poco de justicia con la figura de mi hermano, una persona que llevaba el nombre de Sevilla y de Andalucía por bandera allá donde fuera y que nunca renegó de su acento ni de sus raíces. No obstante, sigo pensando que su tierra sigue estando en deuda con él. Por ejemplo, creo que se merece una calle de verdad con su nombre, y no esa especie de descampado que tiene actualmente cerca del Pabellón San Pablo. Además, vamos a luchar por conseguir una escultura que rinda homenaje a Triana.
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