Concierto

Manuel Carrasco hizo «bailar el viento» en Sevilla

El público llenó Fibes y cantó el Himno de Andalucía para homenajear al cantante

Un momento de la actuación de Manuel Carrasco RAÚL DOBLADO

N. Ortiz

Niños, padres, muchas jovencitas y hasta algunos abuelos. Manuel Carrasco se ha convertido en el ídolo de todos, y eso se notaba en el heterogéneo público que abarrotó el Auditorio de Fibes la noche del domingo. «Qué alegría más grande estar con todos vosotros», decía el cantante al principio de un recital que comenzó con «Tambores de guerra», una canción de su último álbum, el que da nombre a la gira, «Bailar al viento».

Los asistentes, agitando globos de colores y corazones de cartulina, recibía al onubense a base de olés. Un idilio, el de Sevilla y Manuel Carrasco, que convirtió en concierto en un espectáculo vibrante, donde todos se dejaban la voz. En los primeros compases sonaron éxitos de siempre , como «Y ahora» y «Sabrás», combinados con otros temas más recientes, como «Pequeña sonrisa sonora», de la que confesó que se trataba de «una canción muy especial que comenzó siendo un poema.

También hubo tiempo para canciones que se han convertido en auténticos himnos para sus seguidores, como «Aprieta» o «Mujer de las mil batallas», que dedicó a «Todas las mujeres que están librando una batalla ahora mismo y a toda la gente que está en la pelea de la vida».

El cantante, que no dejaba de moverse y bailar sobre el escenario, contagiaba al público, que saltaba del asiento cada vez que comenzaba el ritmo de algunas de las piezas más famosas, como «Tan solo tú», que Carrasco interpretó con un toque rockero que dio la oportunidad de demostrar su maestría a la banda que lo acompañaba.

Medalla de Andalucía Uno de los momentos más emocionantes de la noche fue cuando el onubense, guitarra en mano, evocó su infancia. «Es inevitable acordarme de los primeros días de colegio, de los libros prestados y de las tardes de fútbol», confesó. Tuvo, además, palabras para sus padres, «por su sudor en la frente, por su amor, por su lucha en el día a día, ellos son mi Medalla de Andalucía» , exclamó, dedicándole el galardón que le entregarán el próximo 28 de febrero, y continuó cantando «Soy afortunado». El público, emocionado, rompió a cantar el Himno de Andalucía, gesto que Carrasco agradeció sacando una bandera andaluza al escenario.

Las más de dos horas del concierto fueron tiempo suficiente para que el cantante, con más de una década de carrera musical, se enfrentase al escenario como en sus inicios: únicamente acompañado de una guitarra . De esta forma interpretó «Que nadie», que calificó como un «azote a todos los machistas cobardes que hacen daño». También se sentó delante de un órgano para interpretar algunas estrofas de «Porque», «Habla» y «Qué nos está pasando».

Aún más íntimo y sobrecogedor fue el momento en el que «Lolo», como lo llaman muchos de sus fans, pidió a todos que encendieran l a luz de los móviles al ritmo de «No dejes de soñar» . El auditorio, rendido al cantante, se convirtió en un espectáculo de luces, música y baile.

A la salida, ya eran muchos los que decían esperar con impaciencia la próxima cita de Manuel Carrasco con Sevilla. Será el 11 de junio en el Estadio Olímpico , donde ya están casi todas las entradas vendidas.

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