Situación de las librerías
Las librerías en Sevilla prefieren el Centro, Nervión y Los Remedios
La crisis del sector y el auge del comercio «on line» ha procado el cierre y dejado a muchos barrios sin librerías-papelerías
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Estabilización es la palabra que puede definir mejor la situación actual de las librerías en Sevilla . Es cierto que recientemente se ha anunciado un nuevo cierre, el de El Gusanito Lector , pero no se debe a causas económicas, y que algunos establecimientos con solera deben afrontar un relevo generacional.
Pero la clausura de los negocios durante los años de la crisis, siendo la más sonora la de la cadena Beta , se ha compensado con la apertura de nuevas librerías , en algunos casos, como sucede con los dos establecimientos de la Botica de Lectores , puestos en marcha por extrabajadores aquella red.
Además, otros locales de la cadena desaparecida han reabierto tanto de la mano de los propietarios originales de Beta, como el señero de Sierpes, de la mano de Verbo , que suma otros tres más; y otros dos tras su adquisición por la Casa del Libro .
Pero la crisis ha dejado su huella en la configuración actual del mapa de librerías de Sevilla, según puede apreciarse con claridad a partir de los datos de la Federación Andaluza de Libreros (FAL) y los informes de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal) .
Porque durante los años más duros de la recesión, en los que el consumo de ocio cultural llegó a caer un 30%, los cierres se produjeron mayoritariamente en los barrios , afectando a negocios que eran librerías-papelerías y que con los años se podrían haber convertido en una librería de fondo.
Cegal no tiene datos provincializados, pero sí autonómicos, que pueden dar una idea de la profundidad de la crisis. Por ejemplo, en un solo año, 2014 , cerraron en Andalucía 160 librerías , algo más del 26% del total de negocios que había el año anterior.
A ello hay que sumar el impacto de internet , donde el gigante Amazon se ha consolidado en la última década como la mayor librería «on line», abriendo una dura competencia al sector por el volumen de fondos, la competitividad de sus precios y la rapidez en los envíos.
También hay que señalar, aunque en el caso del centro, la desaparición de las librerías especializadas , como El Giraldillo , en libro universitario; y Vértice , en idiomas.
Con la desaparición de estos comercios en los barrios, la gran mayoría de librerías de Sevilla se concentran en tres áreas de la ciudad : el Centro , Nervió n y Los Remedios .
En este último barrio, además, se localiza la calle con más librerías de la ciudad: Asunción , donde tienen su sede un clásico como Palas , al que se han sumado en los últimos años Baobab , Botica de Lectores —en el local de la antigua Beta— y Verbo. Un caso único en la ciudad y poco frecuente en el resto de capitales, señalan desde FAL
Una treintena de establecimientos
La mayoría de librerías independientes de la ciudad, que en total suman casi una treintena, se concentran en la zona centro , por ser el foco de atracción comercial, al que puede acceder una clientela con preferencias literarias más allá de lo comercial y que se beneficia también del turismo. Por ese motivo, prácticamente la mitad de los establecimientos independientes que hay en la ciudad están dentro del Casco Histórico .
A ello hay que sumar la presencia de las principales cadenas, como Casa del Libro y El Corte Inglés , que concentran sus esfuerzos en esta zona y en Nervión, donde se localizan también establecimientos independientes tan clásicos como Yerma .
Más allá del centro, solo puntualmente pueden encontrarse en otros barrios librerías independientes que tienen su negocio fundamental en la venta de libros. Las excepciones, señalan desde esta federación, son Los Bermejales , con El oso y su libro ; San Bernardo , con La Isla de Siltolá ; y Sevilla Este , con el Molino de Cienta .
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En el resto de enclaves de la ciudad, se pueden encontrar librerías-papelerías , aunque con fondos mucho más limitados, pero que, añaden desde FAL, cumplen una gran labor , por cuanto son los únicos reductos que permiten adquirir libros en barrios muy extensos, que en ocasiones no cuentan ni con una biblioteca municipal .
El Centro, sin embargo, no es un territorio fácil para los libreros, fundamentalmente, por el alza de los precios para el alquiler de locales , que dejó notar durante la crisis, pero que se ha disparado con el «boom» turístico de la ciudad. Durante la recesión , cerraron librerías históricas , como Repiso , por no poder hacer frente a la subida del alquiler, circunstancia que no afectó a otras como Céfiro , hoy con sus propietarios jubilados, y Reguera , por ser los dueños de sus locales.
El «boom» turístico ha tenido también consecuencias, como el traslado, por la subida del alquiler, de la Extravagante, situada en la Alameda de Hércules, a la zona de las Setas , que se rebautizó como Caótica . Esta circunstancia hace que mantener el equilibrio sea una tarea titánica para los libreros del Centro, señalan desde la FAL.
Fidelización y agitación cultural
Para atraer lectores y también como consecuencia de la competencia con el comercio «on line», las librerías también se han transformado en los últimos años, abandonado el modelo de negocio tradicional , que está en plena crisis, con una mayor adaptación tecnológica y convirtiéndose en dinamizadoras culturales , con presentaciones de libros, conferencias, clubes de lectura, cuentacuentos…
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Esto ha provocado, señalan desde la federación, la reconversión del sector , con la introducción de modelos interesantes y novedosos, como el de Casa Tomada , donde la venta de libros se complementa con la organización de talleres de escritura ; o Caótica, con un modelo de cooperativa, la fidelización del cliente con la figura de socio-consumidor, numerosos actos y cafetería en su planta baja. Otra que combina libros y cafetería es Un Gato en Bicicleta , en la calle Pérez Galdós.
Otros establecimientos han optado por la especialización. Es el caso de Rayuela , que ha apostado por la literatura infantil y juvenil . También cuenta con libros infantiles y juveniles, y una cuidada selección de literatura para adultos, Isla de Papel , que abrió sus puertas en diciembre de 2017 en la Puerta Osario.
Conscientes de la necesidad de superar el modelo tradicional de librerías, este establecimiento ofrece presentaciones de escritores noveles y fideliza a sus clientes con un descuento del 5% .
La competición con Amazon ha llevado también a las librerías a asociarse , para poder organizar actividades conjuntas y poder servir a sus clientes fondos más amplios . Es el caso de la Botica de Lectores, que pertenece a la red Librerías Con-sentido , que agrupa negocios en Sevilla, Cádiz y Huelva; y de la asociación de Librerías Noctámbulas , donde se cuentan las sevillanas Palas, Casa Tomada, Yerma, Caótica y la propia La Botica de Lectores.
En definitiva, fidelizar al lector y ser agitadores culturales es lo que pueden hacer las librerías en una región con bajos índices de lectura y altos niveles de abandono escolar . «Las administraciones deben articular políticas de fomento de la lectura , comprometerse con la dotación de fondos a bibliotecas y proteger más a las pequeñas librerías independientes», concluyen desde FAL.
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