OCIO
Juegos de mesa de origen oriental, diversión de madera
Algunos de los más populares y también lo más desconocidos que tienen su raiz en países como China, Japón o la India. Del dominó al parchís pasando por el mikado y el backgammon
![El shogi, ajedrez japonés](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2020/04/04/s/shogi-kOTE--1248x698@abc.jpg)
Unos son viejos conocidos y otros ajenos e impronunciables. En su mayoría, tienen la ficha o el tablero de madera y requieren cierta presión en los sesos antes de que un participante se haga con la victoria, pero todos, si excepción, comparten un denominador común: su origen. De China, Japón o la India, sí. Todos los juegos que rescatamos en esta propuesta para estos días de confinamiento nacieron en Oriente. Unos llevan acompañándonos desde nuestra infancia, aunque muy pocos se habían planteado su procedencia. Otros son extremadamente simples y se han versionado a lo largo del ancho mundo con pequeños variaciones y también los hay que dada su complejidad aparentemente extrema no han enfervorecido de las masas. Para todos los gustos y en una gama lineal de colores, esta es una selección para amenizar el fin de semana.
Los dos que menos material requieren son el kiriki y el tres en raya . Para el primero solo necesitaremos unos dados y un recipiente oscuro. Las reglas se asemejan a las del mentiroso, aunque aquí cuentan los números y, sobre todo, las parejas. Si no se cree lo que he sacado, levante el cubilete y correrá el riesgo de perder una vida o quitármela a mí en caso de que todo esto fuera un farol. ¿Y para el tres en raya? Un bolígrafo y un trozo de papel será más que suficiente para empezar. Para continuar, más papel. Quizá otro bolígrafo que pinte mejor. Nada más.
El rockero Silvio, entre el humo, el surrealismo y las risas, decía que si se organizara un campeonato intergaláctico, o algo así, de dominó , lo ganaría un sevillano. Lo único cierto es que este juego, rey de las mesas de los bares de todo el país en según qué generaciones, tiene sus raíces en China. Su primer reglamento conocido data del siglo XIV, aunque se cree que es anterior. Las damas y el ajedrez , ambos para dos jugadores, también guardan una estrecha relación con esta cultura, si bien se han vuelto universales.
Como curiosidad, cabe señalar que este último, entre los siglos XVII y XX, se podía jugar desde la distancia. Se hacía a través del correo postal y con mucha paciencia de por medio, pues cada movimiento se realizaba a través de una carta y, por tanto, tardaba varios días, por lo que las partidas se prolongaban durante años. Se estima que en cincuenta días solo daba tiempo a realizar unos diez movimientos. Así se saborearían los jaques. Con temor lento y ávidas ganas de rajar el siguiente sobre.
![Ajedrez](https://s2.abcstatics.com/media/cultura/2020/04/04/s/ajedrez-kOTE--510x349@abc.jpg)
Hasta el parchís surgió en esta zona geográfica del planeta. En concreto, en la India y Pakistán, bajo el nombre de «pachisi» . Su sencillez lo hace accesible a cualquier tipo de público, motivo por el cual pequeños y mayores se han reunido ante él durante décadas para comerse al color contrario y contarte esas veinte casillas que te acercan a la meta y que tanto gustan. Su versión online resulta bastante recurrente con un consejo como previa: silencien el chat, pues Twitter al lado de este canal de comunicación parece un campo de margaritas. Pura hostilidad.
Los más desconocidos
![Mikado](https://s2.abcstatics.com/media/cultura/2020/04/04/s/mikado-kOTE--220x220@abc.jpg)
Si todos los anteriores son muy populares, también existen esos extraños que jamás llegaron a nuestro país con fuerza o que lo hicieron en menor medida. Este es el caso del «mikado» , esas varillas de apellidos ancestrales que se desparraman de manera desordenada sobre una superficie plana y que, acto seguido, hay que sacar con la máxima destreza. ¿La única norma? Que solo podemos mover el palillo que vamos a obtener. Lo contrario nos descalificaría. A ver qué tal está nuestro pulso.
El «go» , también conocido como «igo» (japonés), «weiqi» (chino) o «baduk» (coreano), es uno de los más ricos en lo que a variedad de estrategias se refiere. Las piedras blancas y las negras compiten sobre una cuadrícula de 19x19 líneas por hacerse con el mayor espacio posible. Una piedra o grupo de ellas queda capturada y se retira del juego cuando está rodeada en su totalidad por las del oponente. Cinturones para lograr el objetivo final.
Otro descubrimiento para el vocabulario de la mayoría: el «backgammon» , en el que se combina azar y conocimientos de estrategia. Una carrera por las casillas triangulares en las quien consiga sacar todas sus fichas del tablero, las quince, gana, evitando además dejar ninguna desamparada. Sobre la mesa apuesto que se entenderá bastante mejor. Lo mismo que le sucede al «surakarta» , para el que ahora se emplean fichas de tonalidades distintas en vez de las remotas batallas entre conchas y piedras. Consecuencias inmediatas de la globalización. El « shisen-sho» , por el contrario, no ha cambiado mucho. Sigue arrancando con un tablero repleto de fichas que se ha de vaciar. Estas se van eliminando al encontrar su pareja. Y, cuidado, pues las similitudes entre unas y otras a veces son muy sutiles.
![Partida de backgammon](https://s2.abcstatics.com/media/cultura/2020/04/04/s/backgammon-kOTE--510x349@abc.jpg)
Finalmente, conviene recuperar las ramificaciones nacionales del ajedrez que muchos tenemos en casa. El «shogi» (japonés), «xiangqi» (chino), «janggi» (coreano), «makruk» (tailandés) descienden del chaturanga indio, aunque cada uno presenta sus particularidades. Al primero de todos, por ejemplo, se le llama el juego de mesa de los generales. ¿Te animas? El confín de esta madera parece infinito y quedan en el aire un sinfín de posibilidades y reglamentos por consultar. Asia también sabe de divertimento y este muestrario se proclama como la evidencia de ello.
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