Juan Ruesga: «La ciudad es parte esencial en nuestras procesiones»
El arquitecto y escenógrafo reflexiona sobre la Semana Santa en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría
El arquitecto y escenógrafo Juan Ruesga Navarro fue recepcionado ayer en el salón Carlos III de la Casa de los Pinelo como académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría , donde compareció «como especialista en escenografía y arquitectura teatral», según las palabras de presentación del vicepresidente de la institución, Juan Miguel González Gómez , encargado de presidir el acto. Los académicos Juan Fernández Lacomba y Antonio Cruz Villalón fueron los encargados de acompañar al estrado al académico electo, mientras González Gómez recordaba cómo la «puesta en escena de festividades civiles y religiosas se mantiene hasta nuestros días» en la ciudad.
Recordó lo que significó la canonización del Rey Santo para Sevilla, que marcaría «un antes y un después de este repertorio escenográfico», para pasar por la historia de los altares efímeros, arcos o portadas de fiestas populares... para introducir «la importancia que siempre ha tenido la escenografía y el teatro en la ciudad de Sevilla». Tras la lectura del acta de lección por el secretario general, Fernando Fernández Gómez , Juan Ruesga procedió a la lectura del discurso de recepción titulado «La comitiva. Una reflexión sobre las procesiones de la Semana Santa de Sevilla».
«Esta ciudad tiene un gusto demostrado por las artes efímeras y cada año fascina con aquello que se repite sin ser nunca igual », dijo para repasar la vida del teatro en la capital y destacar la importancia de Sevilla y la ópera, «ciudad en la que se desarrollan más de 150 obras líricas», dijo, «a pesar de que no se representa en nuestros teatros la «Carmen» de Bizet desde hace más de 25 años», denunció. «La situación de las artes escénicas es de buena apariencia, pero también muy frágil», comentó antes de centrarse en el tema objeto de su discurso.
En su opinión, la clave de las procesiones está «en la síntesis y el equilibrio, orden de la comitiva y equilibrio entre las hileras de penitentes y los pasos. Equilibrio en toda la procesión». «La importancia de nuestras hermandades está en el desfile en su totalidad». «La Semana Santa en su forma está caracterizada por un equilibrio entre lo que se ha conservado y lo que se ha transformado a velocidad lenta, con la mesura de las cuestiones relevantes para una comunidad. Siempre aparentemente igual y siempre cambiante». Durante su intervención, ilustró su discurso para repasar la historia de las cofradías con pinturas, litografías y carteles de la Semana Santa de Sevilla y treinta fotografías de Manuel Ruesga Bono.
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