José Manuel Soto le regala su corazón a Sevilla en un XXX aniversario memorable

«Esto hay que aprovecharlo, es una noche histórica», decían entre murmullos a su llegada los asistentes al concierto que José Manuel Soto ofreció anoche en el Real Alcázar. El artista quiso celebrar sus treinta años en la música al lado de su público y en su casa, que no es otra que Sevilla.

Además, el concierto tenía un fin benéfico, ya que todo lo recaudado va a parar a la bolsa de la caridad de la hermandad del Gran Poder . «Es un placer para mí estar esta noche aquí, acompañado de todos ustedes y ayudando a una gran causa», se sinceraba Soto al inicio del espectáculo.

El humorista y presentador Manu Sánchez ejerció de presentador de la velada, que comenzó con la actuación de los niños de la Fundación Alalá. Después, y con un «¡viva Sevilla! que arrancó los vítores del público, José Manuel Soto fue desgranando muchos de sus grandes éxitos. También hizo hincapié en algunas canciones que apenas ha interpretado en directo durante su carrera, pero que lo han marcado a él y a sus seguidores. Temas más antiguos que, para deleite de muchos de los asistentes, rescató con maestría, como «Te llevo dentro de mí».

Para redondear una noche que ya se adivinaba mágica, José Manuel Soto estuvo acompañado de una orquesta de cuerda e invitó a varios amigos a subir al escenario: Diana Navarro, Argentina, Paco Montalvo y Arturo Pareja Obregón . Si era cuestión de celebrar no podían faltar sus hijos, que han heredado el arte paterno y triunfan en su propia carrera musical formando el el grupo «Mi hermano y yo».

Entre los privilegiados asistentes, ya que las entradas se agotaron en apenas cuarenta y ocho horas, se encontraban destacados representantes de la sociedad sevillana, como el alcalde Juan Espadas , el exalcalde Juan Ignacio Zoido o el periodista Álvaro Ojeda , y numerosos representantes del mundo musical.

El concierto fue un éxito, con un lleno absoluto en el Patio de la Montería, un escenario inolvidable para un Jose Manuel Soto que le regaló una de sus mejores noches encima del escenario a la ciudad que lo ha visto crecer como artista y que, treinta años después, sigue poniéndose en pie para aplaudirlo.