Cuarentena literaria

Jorge Luis Borges, el antes y el después en la tradición literaria española e hispanoamericana

El confinamiento en casa por el coronavirus nos concede tiempo para acercarnos a la vasta obra del autor argentino

Jorge Luis Borges ABC

Fernando Iwasaki

El gran escritor en lengua española del siglo XX es Jorge Luis Borges y su magisterio, influencia y universalidad sólo es comparable a las de Frank Kafka, James Joyce y Marcel Proust , quienes encarnan lo mismo para los idiomas alemán, inglés y francés, respectivamente. Y otra cosa en común es que ninguno de los cuatro obtuvo el Premio Nobel de Literatura , sonrojante desaire que los sitúa en un canon ya inalcanzable para cualquier otro autor, pues nadie como ellos ha fecundado la literatura contemporánea en tantas lenguas, géneros y generaciones.

La obra de Borges no sólo debe ser valorada por sí misma -es decir, por sus relatos, ensayos, poemas, conferencias, artículos y entrevistas- sino sobre todo por su impacto en todas las tradiciones literarias . Por ejemplo, gracias a Borges existe un antes y un después en cada tradición literaria de cada país hispanohablante.

Y por si alguien pensara que tal cosa sería comprensible en Argentina pero en ningún caso en España, le diría que sin Borges las obras de Enrique Vila Matas, Javier Marías, José María Merino, Luis Mateo Díez, Fernando Savater, Javier Cercas, Juan Bonilla, Felipe Benítez Reyes, Hipólito G. Navarro, Juan Manuel de Prada, Félix Palma, Manuel Moyano, Juan Jacinto Muñoz Rengel o Ángel Olgoso no serían como las conocemos.

Sin Borges no existiría esa última poesía española que tiene un sentimiento panteísta de la experiencia , que inventa su tradición a partir de poetas menores y olvidados, que rescata el mundo clásico para explorar la épica íntima, que ha convertido el soneto inglés en una métrica generacional, que recurre a las enumeraciones como recurso retórico, que piensa –¿como Heráclito?- que nadie lee dos veces el mismo poema, que reescribe los mitos para constelar de paganismo la vida cotidiana y que recurre al humor para decir las cosas más serias.

Hasta en las reseñas, las intrigas y las trifulcas es visible la impronta de Borges en España, porque su «Arte de injuriar» se ha convertido en un manual de instrucciones para demoler prestigios. En suma, que gracias a Borges existen los universos personales de poetas tan distintos como Felipe Benítez Reyes y Julio Martínez Mesanza, Luis García Montero y Luis Alberto de Cuenca, José Daniel M. Serrallé y Carlos Marzal, Jon Juaristi y José María Álvarez, José Luis García Martín y Lorenzo Martín del Burgo, Víctor Botas y Abelardo Linares, Miguel D’Ors y Juan Luis Panero, Javier Salvago y Vicente Tortajada o Francisco Bejarano y Eloy Sánchez Rosillo.

La obra de Borges abunda en la red en todos los formatos y en varias editoriales, pero para quien no lo haya leído todavía sugiero comenzar por estos títulos:

El libro de arena (Relatos)

El libro de los seres imaginarios (Bestiario)

El hacedor (Microrrelatos)

Biblioteca personal (Prólogos)

El aprendizaje del escritor (Conferencias)

Siete noches (Conferencias)

La moneda de hierro (Poesía)

Los conjurados (Poesía)

Historia de la eternidad (Ensayo)

Miscelánea (Antología)

Borges Esencial (Antología)

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